La próxima temporada de música clásica en Oviedo ya está cerrada y la siguiente está comprometida, y el Ayuntamiento no prevé ninguna cancelación a pesar de que tiene pendientes obras en el auditorio Príncipe Felipe, que debe acoger los conciertos. El Alcalde, el socialista Wenceslao López, convocó ayer a una reunión a las gerentes de la Sinfónica del Principado y Oviedo Filarmonía y al director de la programación musical municipal y, junto al presidente de la Fundación Municipal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, les puso al corriente de las alternativas al cierre del Auditorio. El Ayuntamiento pondrá a su disposición los dos teatros de la ciudad, el Campoamor y el Filarmónica, y para garantizar la celebración de todos los espectáculos recurrirá a la doble reserva de fechas. Para los ensayos, en principio, se cuenta con el Filarmónica pero la OSPA necesita un espacio mayor. Con la sala del Palacio de Buenavista -el Calatrava- no se puede contar por los problemas acústicos de la cúpula.

El equipo municipal de gobierno no cuenta con disponer del proyecto para subsanar las deficiencias de seguridad del Auditorio hasta finales de año. Roberto Sánchez Ramos, que ejerció de portavoz municipal, indicó que será entonces cuando se concreten las fechas de las obras, que se estructurarán en cinco fases, y la disponibilidad del Auditorio. El Ayuntamiento de Oviedo mantendrá al tanto de todos los avances a los responsables de las orquestas y de la programación. Aseguró que en cuanto el proyecto esté en sus manos habrá una nueva reunión con ellos. "No conocemos la utilidad que tendrá el Auditorio durante las obras, pero queremos que se sigan desarrollando todas las actividades y los meses o semanas que dure la obra tendremos el Campoamor y el Filarmónica", aseguró el presidente de la Fundación de Cultura y concejal de IU, y añadió que algunas de las intervenciones que han de realizarse en el edificio no tienen porqué interferir en la actividad.

Durante el encuentro de ayer, el edil también tuvo ocasión de garantizar el "mantenimiento estricto de los niveles de sonoridad en el Auditorio" y para ello el Ayuntamiento se propone contar con el asesoramiento de Higini Arau, el físico al que el edifico ovetense debe su acústica.

De momento, todo está en el aire y el Ayuntamiento no sabe si las obras en el auditorio Príncipe Felipe serán cuestión "de meses o de semanas", en palabras de Sánchez Ramos. Por ahora la consigna es "trabajar con normalidad".