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Aniversario de un referente de la actividad montañera en la región

Grupo "Vetusta", el rey de la montaña

La agrupación montañera ovetense, la más veterana de Asturias en activo, cumple 75 años el 24 de marzo y lo celebra con diversos actos que incluyen una exposición fotográfica que repasa su historia

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El grupo de Montaña Vetusta cumple 75 años

Son el grupo montañero en activo más antiguo de Asturias: 75 años en la brecha. La efeméride se conmemora, exactamente, el 24 de marzo, aunque las celebraciones comenzarán ya el día 15 con la inauguración de la exposición que repasa esa trayectoria y que podrá visitarse en el claustro alto del edificio histórico de la Universidad de Oviedo hasta el 30 de abril. El grupo "Vetusta", de raíz y sede ovetense, suma numerosos hitos en su larga vida (tuvo especial relevancia la campaña que, a finales de los años ochenta, evitó la masificación turística de los Picos de Europa, frenando los proyectos de tres teleféricos y otras infraestructuras, aunque tal vez el logro más entrañable para el grupo sean las "caravanas de ilusión" que entre 1960 y 1974 llevaron los Reyes Magos hasta aldeas perdidas de montaña que carecían de carreteras, electricidad y otras comodidades de las que hoy disfrutan) y cuenta entre sus asociados con ilustres nombres propios de montañeros que hicieron historia, guardaron memoria (los libros de Francisco Ballesteros sobre los caminos de los Picos de Europa, una obra trabajada en el campo por el grupo, son buen ejemplo) y crearon escuela.

La historia oficial del grupo "Vetusta" comienza el 24 de marzo de 1943, fecha de la asamblea constituyente, en la que participaron 39 miembros fundadores. Sin embargo, el grupo ya había comenzado a gestarse cuatro meses antes, el 15 de noviembre de 1942, en el homenaje que se dispensó a Horacio Rivero, el segundo ovetense que subió al Urriellu, en octubre (o septiembre) de ese mismo año. Poco después, se celebró una reunión en la botica de Juan José Collado de la que surgió el borrador de los estatutos. Las limitaciones de la época a la creación de asociaciones forzaron su dependencia del Club de Fútbol Vetusta, perteneciente a la Deportiva Astur. Ése es el origen de su nombre.

Pero esta historia no parte de cero, hay unos antecedentes, unos grupos pioneros, de los que se nutrió el "Vetusta", entre ellos los ovetenses Grupo Scout, la sección alpinista "Naranjo de Bulnes" del Ateneo Popular de Oviedo, la Sociedad Doce Alpinista, la Sociedad Peñaubiña (la rama asturiana de la Sociedad Alpinista Peñalara) y la sección de montaña del Orfeón Ovetense.

Los comienzos del grupo no fueron fáciles. Los años cuarenta estuvieron llenos de limitaciones de toda índole. Pero esa primera cumbre la pasaron con éxito. La década siguiente fue más favorable y, al lado de las actividades de montañismo y de escalada, que siempre han sido la columna vertebral del "Vetusta", apareció la sección de esquí (promovida por Jesús Suárez Valgrande, campeón de España de esquí de fondo, olímpico en 1936 y fundador de la estación invernal de Pajares), así como otras de espeleología, de fotografía, de ciclismo y de un variopinto abanico de intereses. También entonces se inauguró el refugio de la Vega de Ario, en el macizo occidental de los Picos de Europa, que "Vetusta" gestionó durante 26 años, en cargándose de su mantenimiento, su abastecimiento y su limpieza.

La década de los sesenta trajo un aire de renovación y de apertura, al igual que al conjunto de la sociedad española. El 25.º aniversario del grupo se conmemoró en el referencial 1968. La presencia de la mujer va ganando fuerza y adquiriendo protagonismo, y entra gente joven. El montañismo se "socializa". Esta tendencia se consolidará en la década siguiente. "Vetusta" pone en marcha en estos años su entrañable proyecto denominado "Caravanas de la ilusión", que entre 1960 y 1974 logró que los Reyes Magos accediesen a pueblos de montaña incomunicados por carretera. Uno por año, salvo en 1961, cuando se asumió el gran esfuerzo de organizar tres caravanas simultáneas. En esta iniciativa tuvo un notable peso la activa filial de Pola de Siero (1960-1977), que acabaría dando lugar a un grupo independiente, el "Picu Fariu".

Los años ochenta cambiaron la forma de hacer montañismo y escalada. Cuando el grupo inició su andadura se usaban botas de cuero para caminar y alpargatas para trepar, pesadas cuerdas de cáñamo (además, de rápido deterioro) para las cordadas... medios muy rudimentarios, en definitiva (que se hacían extensivos al esquí y a otras disciplinas), a los que se sumaba un déficit de vías de comunicación y de medios de transporte que hacían complicado el acceso a las áreas de montaña, en las cuales, además, existían contados refugios. Con el paso del tiempo, tanto las carreteras como los transportes y los albergues fueron mejorando, a la vez que se abrían paso nuevos equipamientos más eficientes, resistentes y ligeros.

Los ochenta fueron, asimismo, los años de la revolución ecologista, del surgimiento de un movimiento social que cambió la forma de ver y de relacionarse con la naturaleza. "Vetusta" tuvo protagonismo en una de sus batallas, para frenar la implantación de un modelo de turismo masificado en el Parque Nacional de los Picos de Europa (entonces todavía de la Montaña de Covadonga, pues no cambió de nombre hasta la ampliación llevada a cabo en 1995). Se trataba de evitar la construcción de tres teleféricos, uno entre Poncebos y Bulnes, y dos más que salían de este pueblo hacia Amuesa y hacia Pandébano, así como de una serie de pistas, refugios y otras infraestructuras. Se logró, aunque no fue suficiente para detener la llegada en masa de visitantes y los problemas aparejados. Aquella campaña fue el embrión del Colectivo Montañero para la Defensa de los Picos de Europa, que mantuvo encendida la antorcha de esa lucha.

Para "Vetusta", los ochenta fueron importantes, igualmente, por un acontecimiento de orden interno: el grupo adquirió un "hogar" después de cuatro décadas de alquileres y cambios de domicilio, un semisótano en el número 4 de la calle Viaducto Marquina de Oviedo, inaugurado en 1984, ampliado en 1996 y en el que permanece alojado.

La década de 1990 estuvo marcada por el cincuentenario, que se conmemoró con la publicación de un libro sobre la historia del grupo y que el Ayuntamiento de Oviedo celebró otorgando el nombre de Montañeros Vetusta a una plaza de la ciudad, en el barrio de La Carisa. "Vetusta" amplía fronteras: se comienzan a organizar salidas internacionales -que se han mantenido desde entonces- a diversos macizos de montaña de Italia, Eslovenia, Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria... También hubo expediciones a Kenia, Nepal, los Andes... Y otro hito de puertas adentro, aunque con cierta relevancia social: Tita González se convirtió en 1991 en la primera mujer que presidió el "Vetusta".

Y la historia continúa. El grupo decano del montañismo asturiano rebosa entusiasmo, vitalidad y proyectos. Con una próxima cumbre a ganar en el horizonte: el centenario.

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