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Un "coche fantasma" permanece en una ladera del Naranco desde hace 18 años

El vehículo acabó en una zona de matorral de difícil acceso tras un accidente mortal y aflora ahora, tras las últimas podas

La ubicación del vehículo.

Un misterioso vehículo empotrado entre matorrales trae de cabeza a muchos paseantes habituales del Naranco. Las recientes podas acometidas en el monte han hecho aflorar un turismo en un punto de difícil acceso de una ladera del "pulmón verde" de Oviedo, a medio camino entre la parrilla Buenos Aires y la zona de antenas de comunicación. Su ubicación natural sería un desguace, pero según los más veteranos del lugar el coche permanece allí desde hace más de 18 años, cuando su rescate fue descartado por arriesgado.

El origen del misterio está en una jornada negra para la historia del Naranco. El 14 de diciembre de 1999 un matrimonio que entonces regentaba el bar situado junto a la estatua del Sagrado Corazón y un sobrino de la pareja sufrían un aparatoso accidente cuando descendían de la cima del monte. Había niebla, la calzada estaba húmeda y perdieron el control del vehículo. La mujer, de 43 años, perdió la vida en aquel siniestro fatal, mientras que el varón, entonces de 59, y el joven se salvaron gracias a que salieron despedidos.

La mujer no pudo sobrevivir a las lesiones tras despeñarse por una pendiente de más de cien metros. El propio sobrino fue el que dio la alerta. Por su propio pie volvió a la carretera y pudo pedir ayuda a los coches que pasaban para llamar al servicio de emergencias.

El rescate de la fallecida fue una odisea para los bomberos. Después de dos horas y media en las que fue necesario hasta talar varios árboles, tres efectivos lograron descender hasta el turismo y recuperar el cuerpo, ya sin vida de la víctima.

Desde entonces el Ford Sierra granate sigue allí, enterrado entre frondosos matorrales, aunque desde la carretera y algunas sendas resulta visible cuando se podan los márgenes de la avenida de los Monumentos o de las sendas del entorno habilitadas para algunas rutas.

Es cuando se producen las limpiezas cuando se suele reavivar el debate sobre el misterio. "¿Qué pinta un coche viejo ahí tirado"?, se preguntan paseantes como Ángel González, que un par de veces a la semana sube al Naranco por la avenida de los Monumentos, pero hasta hace unos meses no se había percatado de la presencia del turismo. "Iba con un amigo, paramos a contemplar las vistas y creímos que habría sido un accidente reciente o alguien que se quiso deshacer de un coche viejo", reconoce este veterano senderista, sorprendido tras conocer la realidad de lo sucedido.

Lo contrario ocurre con los vecinos de la zona, que recuerdan con tristeza lo sucedido. "Entonces fue un impacto muy grande porque llevaban el bar y los conocía mucha gente", explica un hombre que vive en una casa próxima a la cima del monte y que atribuye a "temas de seguros" el abandono del vehículo. "Debían intentar sacarlo porque parece mal", sugiere.

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