"La construcción de un invernadero de 3.000 metros cuadrados y una pista de bicicletas de dos kilómetros cuyas obras han derribado 32 árboles, han dejado la zona verde sin praderas llanas. Las obras no sólo han provocado el derribo de los árboles, también la rotura de numerosas ramas y la pérdida de las dos únicas praderas horizontales que disponía".