"No iba el Papa a un viaje amable e informal de los que organiza el 'Imserso' a nuestros queridos mayores. No era un viaje turístico a un país exótico. Era un viaje pastoral, el propio de quien se siente empujado a anunciar ese Evangelio que sabe a buena noticia. A ese viaje me uncí yo, como inmerecido regalo".

Así comenzó ayer el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, su conferencia, que sirvió para clausurar las charlas cuaresmales que organizó la basílica de San Juan el Real. Y es que él fue testigo de excepción del viaje que realizó el Papa Francisco a Perú y la Amazonía. La Conferencia Episcopal lo eligió para que acompañara al Santo Padre. El arcipreste de Oviedo, Marcelino Garay, fue el encargado de presentarlo.

Los franciscanos, los dominicos, los jesuitas, entre otros, han sembrado esta semilla a través de sus palabras y sus obras que permanecen en la historia. "Colegios, hospitales, comunidades y parroquias, han sido espacios en los que con la alegría del Evangelio dar voz a los que no la tienen, y poner nombre a las más verdaderas ansias", precisó monseñor Jesús Sanz Montes.