Los trabajadores de la cantera de La Belonga, clausurada ayer por orden municipal clausurada ayer por orden municipalpor incumplir el nivel de ruidos, se concentraron esta mañana en la plaza del Ayuntamiento para pedirle al equipo de Gobierno "que reflexione" y que de marcha atrás "para que más de 60 familias no se queden en la calle". Con silbatos, bocinas y una gran pancarta, la plantilla de empleados y algunos vecinos de las localidades cercanas a la cantera, situada en Llagú (Latores), exigieron soluciones para una empresa "que lleva años dando trabajo a muchas familias de la zona", explica Manuel Benjamín Fernández González, un operario que lleva 25 años trabajando en la explotación.

Después de armar mucho ruido, el alcalde de la ciudad accedió a recibirlos en su despacho. Según confirmaron fuentes del tripartito integrado por PSOE, IU y Somos, el regidor fue el primer sorprendido al enterarse ayer que el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Ignacio Fernández del Páramo, había ordenado la clausura de la planta de tratamiento de las instalaciones, una medida que aboca a la paralización de toda la cantera. "Por el momento nos han dado vacaciones, no sabemos hasta cuando puede durar esto o si va a solucionarse de alguna forma", dicen los trabajadores.

En ese encuentro, el socialista Wenceslao López, se limitó a decirle a los miembros de la plantilla "que tienen abiertas las puertas de su despacho" y les remitió a otra reunión con el propio Del Páramo, un encuentro que comenzó alrededor de las once y media de la mañana. La clausura de la cantera de La Belonga tampoco le ha gustado nada al otro socio de Gobierno, ya que IU ha suspendido todas las actividades que tenía programadas para esta mañana para estar con los trabajadores.

El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Ignacio Fernández del Páramo, sostiene que la decisión está avalada por los resultados "de varias inspecciones" en las que agentes del Seprona y técnicos del propio Consistorio pudieron constatar que la cantera sobrepasaba con creces el nivel de ruido que establece la normativa, un listón fijado en 55 decibelios por las noche y en 45 por el día. Del Páramo sostiene que en una de esas inspecciones la barrera se superó en 19 decibelios. El cese de actividad "se mantendrá hasta que la empresa presente un proyecto de medidas correctoras", explicó ayer el concejal.

Los trabajadores culpan directamente a un vecino de la zona de haber sido el causante de la situación. El hombre al que se refieren, Juan Carlos González, lleva tiempo presentando denuncias por los niveles de ruido y el polvo que se genera en la cantera. El Ayuntamiento no niega que su papel fue determinante. "Las denuncias que había recibido la empresa acentúa el seguimiento, pero Medio Ambiente vigila con frecuencia estas irregularidades y realiza un seguimiento de las industrias de extracción de áridos del concejo", dijo el concejal.