A las nueve menos veinte de la noche el hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno echó una última mirada al cielo y negó con la cabeza. Decenas de personas esperaban bajo sus paraguas por la procesión del Nazareno ante las puertas de la iglesia de Santo Domingo, pero la lluvia seguía cayendo cuarenta minutos después de la hora fijada para su comienzo y Federico Gutiérrez decidió que el Señor de Oviedo no merecía mojarse. La frustración entre los cofrades fue de tal calibre que tuvo que ser su director espiritual, el dominico José Antonio Rodríguez, el encargado de anunciar la mala noticia a la entrada del templo: "No es que esté lloviendo a cántaros, pero hemos decidido ser prudentes y no vamos a salir en procesión", dijo a través de un micrófono.

La cofradía más antigua de la ciudad lo tenía todo preparado para lucir al Cristo por las calles de Oviedo, pero la procesión se vio reducida a un acto en el interior de la iglesia de los Padres Dominicos, en la que no quedó sitio para todo el público que estaba esperando la salida del Nazareno. La Banda Santísimo Cristo de la Piedad Oviedo y la del Regimiento Príncipe, acuartelado en Cabo Noval, tocaron las marchas que tenían preparadas para la ocasión y los hermanos de la cofradía mecieron el trono con el Nazareno para que los presentes pudiesen contemplar la imagen que se tuvo que quedar en la iglesia. Para cerrar, el párroco José Antonio Rodríguez pronunció una oración. Algunos de los más de cien cofrades que esperaban salir en procesión no pudieron ocultar su frustración. "La verdad es que es una pena porque llevamos todo el año preparándonos para este día tan señalado, pero no podemos poner en riesgo al Nazareno", explicaba con pesar Federico Gutiérrez.

Antes, desde las ocho de la tarde, todos los móviles estaban conectados a las páginas con información climatológica con la esperanza de que escampase. Los soldados del Regimiento Príncipe, con las camisas remangadas, esperaban frente a la iglesia con la ilusión de poder escoltar al Señor de Oviedo y desafiando a la lluvia. Pero no fue posible. "Este trono es prácticamente nuevo, llevaba saliendo tres años seguidos, pero en esta ocasión no pudo ser", señalaba el hermano mayor de la cofradía. "Contra el tiempo no se puede luchar", añadió, resignado, Gutiérrez.