Amigo y compañero Eloy: El martes pasado fue un día muy largo, muy bonito, muy intenso, muy especial y, por momentos, también fue un día muy duro y complicado por los recuerdos que nos recorrían a muchos al rememorar el fatídico accidente cuando luchabas contra el fuego en Uría 58, las lamentables consecuencias de éste y, cómo no, lo injusto e incomprensible y la trascendencia que puede tener la desgraciada sentencia del Juzgado de lo social número 2 de Oviedo.

Fueron muchísimas las muestras de cariño, solidaridad y también de rabia manifestadas por todos los bomberos llegados a Oviedo desde toda España y por todos aquellos que no pudieron acompañarnos; fueron tantos que es imposible hacer referencia a todos. Son tantas las muestras de cariño manifestadas por medio de las redes sociales que también resulta imposible referenciarlas, infinidad de vídeos con muestras de apoyo recibidas desde los parques de bomberos, a los que va a ser imposible trasladarles el orgullo y la gratitud que sentimos una gran parte de los funcionarios del Ayuntamiento de Oviedo.

Entre todas ellas hay una que me llamó la atención por el mensaje tan bonito e intenso que transmite. Lamentablemente, desconocemos quién es su autor, sólo conocemos unas iniciales que firman el escrito. Muchas gracias, de forma muy especial a este bombero y a todos los que os manifestasteis con nosotros en Oviedo, gracias de corazón.

Amigo y compañero Eloy, no sólo no te olvidaremos los que tuvimos la suerte de conocerte, sino que son muchos los que el martes nos demostraron que estarás para siempre en el corazón y en el recuerdo de todos. A continuación, reproduzco la emocionante carta del bombero anónimo.

"Hace dos días me presentaron a la viuda de un compañero. Apenas cruzó palabras conmigo y todas ellas eran de emotivo agradecimiento. También he conocido a los huérfanos de ese mismo compañero y lo poco que salía de sus emocionadas gargantas igualmente comenzaba o terminaba con la palabra 'gracias'. Miradas limpias y sinceras. Mi primera impresión es que son personas maravillosas. Ojalá no las hubiera conocido nunca. Ojalá no como viuda. Ojalá no como huérfanos de padre. Ojalá en caso de hacerlo no fuera más que por un encuentro casual en cualquier otra movilización por asuntos importantes, pero no lamentables.

"Dos años hace que Eloy sufrió aquel fatídico accidente. Algo que nos pudo haber ocurrido a cualquiera. Todos sabemos que en nuestro trabajo nos la jugamos más de lo que indican 'las normas' o 'los protocolos' escritos o teóricos. Pero también sabemos que gracias a esas actuaciones viscerales el número de posibilidades de salvar una vida se multiplica, nuestra sed por ayudar se calma, nuestro sentimiento del deber se sacia. Nos movemos en gran medida desde el corazón y eso es algo más que evidente. Algo que desde la Administración deberían agradecer. ¿O es que acaso no se dan cuenta de que si lo hiciéramos todo únicamente desde la cabeza y el previo raciocinio en muchas ocasiones ni saldríamos del parque? Material en estado deficitario, vehículos con incidencias de mantenimiento, revisiones obsoletas, falta de personal para atender una emergencia en condiciones de seguridad, falta de equipación adecuada, déficit de agua?

"Dos años hace que Eloy se fue, dejándonos una gran lección escrita con sangre: lo insignificantes que somos para la Administración y lo desamparados que nos encontramos ante ella. Tanto nosotros como lo mejor que tenemos: nuestras familias de miradas limpias y sinceras.

"Y todavía hay quien se atreve a repetir cacareando la sentencia de una jueza. Está claro que en ocasiones no nos respetamos ni entre nosotros mismos. Seguro que nadie tacha de 'exceso de celo' que un guardia civil se exponga e interponga en la trayectoria de la bala que le arranque la vida desde el arma de un delincuente.

"Jugamos en escenarios impredecibles, protegemos vidas y bienes. Y lo hacemos con la cabeza y el corazón. Sí, con cabeza también. Sabiendo que si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará.

"Eloy, te estaré eternamente agradecido. Gracias por enseñarme lo desnudo que estoy. Gracias por abrirme más los ojos. Gracias por unirnos a todos y sacudirnos obligándonos a ver la realidad. Ojalá no hiciera falta tal sacrificio para aprender algo tan evidente.

"Cuenta conmigo, compañero, cuenta conmigo para ayudar a tu familia en lo que necesite porque, sin ninguna duda, yo soy Eloy".