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Una Pasión que no cesa de crecer

Desde la salida en 1995 del Nazareno, la Semana Santa de Oviedo se ha consolidado en 25 años de procesiones ininterrumpidas

Costaleros de la Madrugá esta Semana Santa.

El 12 de abril de 1995, a las ocho y diez de la tarde y con la banda de música del regimiento Príncipe número 3 interpretando el himno nacional, la procesión del Nazareno atravesaba la puerta de la iglesia de los dominicos y emprendía la marcha alrededor del Campillín, hacia la plaza del Ayuntamiento. Ese día renacía la Semana Santa ovetense , después de 27 años sin procesiones, y comenzaba una nueva etapa, que aún continúa, en la que el fervor religioso y la curiosidad de los turistas y visitantes no han cesado de crecer. El año que viene la Semana Santa de Oviedo conmemorará sus veinticinco años de procesiones ininterrumpidas, desde aquella memorable salida del Nazareno en el año 1995.

La historia de la Semana Santa en la capital asturiana está llena de altibajos, con años y años sin procesiones, y es inseparable de los acontecimientos que asolaron la ciudad, como la Revolución del 34 o la Guerra Civil. Tras la contienda, hacia 1945, resurgen muchas cofradías y hermandades. Algunas como las de los Carmelos o la de los Defensores de Oviedo, desaparecieron para siempre en la década de los 60 y otras tienen continuidad en las agrupaciones actuales. En 1968 salió la última procesión, hasta el resurgimiento de los nazarenos.

En 1994 se vuelve a constituir formalmente la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con sede en la iglesia de Santo Domingo. El 28 de mayo de 1971 se había reunido su junta directiva y no volvió a hacerlo hasta el 17 de mayo de 1994. A aquella reunión asistieron Ángel Ronderos, Alejo Barreiro Alonso, José L. Pérez Vega, Ignacio Hermosa Quirce, José Iglesias Fernández, Joaquín Fernández Álvarez y Ramiro José Taboada Meilán. Se constituyeron como junta directiva y la primera procesión de esta nueva etapa salió el 12 de abril de 1995.

En 1995 se les unió la Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción, en la Iglesia de San Isidoro el Real. En 1996 regresó la Hermandad de Jesús Cautivo, en la basílica de San Juan el Real.

En 1997 se constituyó la Junta de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Oviedo y siguieron apareciendo nuevas congregaciones.

En 2001 se creó la Cofradía del Silencio y Santa Cruz en la Iglesia de Santa María la Real de la Corte. En el año 2007 apareció la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestros Padres Jesús de la Sentencia, María Santísima de la Esperanza y San Francisco Javier "Los Estudiantes", en la Iglesia de San Francisco Javier de La Tenderina. En 2012, la última en incorporarse a la Semana Santa de Oviedo fue la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén "La Borriquilla", en la Iglesia de San Pedro de los Arcos.

José Ángel Rodríguez Getino, protagonista y testigo del renacer de las procesiones en la capital del Principado, opina que aún hay espacio para más. Rodríguez Getino, que es vicehermano mayor de los nazarenos desde su refundación, hace notar que sin ir más lejos en León hay días en las que las cofradías salen por la mañana y por la tarde. Explica que la recuperación de la Semana Santa en Oviedo fue posible gracias a la concurrencia de varias circunstancias.

"El nazareno en Oviedo siempre tuvo mucha devoción. En el año 1968 la suya fue la última procesión que salió y la cofradía se disolvió en el 71", relata Rodríguez Getino. Ángel Ronderos, que custodió los enseres y el patrimonio de la congregación durante los años que estuvo inactiva, fue una figura decisiva en la recuperación de las procesiones.

Ronderos reunió el patrimonio disperso del Nazareno; una parte había sido cedida a los nazarenos de Luarca, que lo utilizaban en sus procesiones y que lo restituyeron cuando sus hermanos ovetenses volvieron a procesionar. Rodríguez Getino cuenta que Ronderos tenía una colchonería en la calle Mon y allí guardaba los objetos de la cofradía.

Por otra parte, Rodríguez Getino afirma que el respaldo de los dominicos fue decisivo. "Aunque no había Semana Santa ni procesión todos los años hacían una novena, celebraban el primer viernes de marzo el día del Nazareno. El padre Zapico era el prior del convento en aquel momento y el padre Ramón Menéndez fue el director espiritual cuando se refundó en 1994", relata.

Otro de los factores determinantes en el resurgir de la Semana Santa carbayona fue, según Rodríguez Getino, el respaldo de la Iglesia, personalizado en la figura de José Franco, miembro del Cabildo. Fue él quien encabezó aquella primera procesión del Nazareno, en la que también salió el entonces alcalde, Gabino de Lorenzo.

De Lorenzo fue un bastión trascendental en aquel empeño de recuperar las procesiones, reconoce Rodríguez Getino, y brindó a las congregaciones apoyo institucional y económico. Fue el Ayuntamiento el que pagó, con dos millones de las antiguas pesetas, la carroza sobre la que el Nazareno se paseó en su regreso a las calles de Oviedo. Él recuerda bien aquella procesión: "Fue muy emocionante, tuvimos muy buen tiempo, había mucha expectación en todo el recorrido, y aquello era la demostración de que en Oviedo se mantenía el interés por las procesiones".

En 1995, gracias a una campaña de reclutamiento de cofrades, el Nazareno reunió a 50 hermanos que salieron en la procesión. Se consiguió repartiendo octavillas por el barrio y en la iglesia, con consignas como "El Nazareno te espera" o "Hemos despertado".

En la actualidad, la hermandad cuenta con cerca de trescientos cofrades. "Nunca hubo retroceso y en estos últimos años, en los que nos ponen más trabas, se está apuntando más gente", comenta el vicehermano mayor. Aún pueden resurgir nuevas cofradías, como las de los carmelitas, comenta, que siempre tuvo un profundo arraigo en la ciudad, así que la Semana Santa en Oviedo aún tiene recorrido por delante.

José Ángel Rodríguez Getino, testigo de excepción del renacimiento de la Semana Santa en Oviedo, sostiene con orgullo que "la Semana Santa va a más en Oviedo, y se supera por el número de personas que participan en ella, que la siguen o que tienen interés en conocerla". "Es atractiva por el matiz religioso; por el cultural, porque no deja de ser arte en la calle; y por el interés turístico que suscita", afirma.

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