Tomás Sánchez Santiago ha escrito una novela que no son unas memorias pero que a lo largo de más de 650 páginas describen la biografía de un hombre que podría ser él mismo. El autor presentará mañana la obra, "Años de mayor cuantía", en la librería Cervantes a las 19.00 horas.

- ¿Qué son los "Años de mayor cuantía"?

-Es una novela de relatos, una constelación de relatos que se vinculan en torno a una biografía que no es necesariamente la mía sino de cualquier hombre o mujer que acaba dándose cuenta de que su carácter ha sido determinado por sucesos que en apariencia no eran de mayor cuantía.

- ¿Nos marcan los hechos y no los años?

-No. Todos los relatos de la novela remiten a un año concreto. A partir de ahí, hay una convergencia de diversos registros, ensayo, fabulación, memoria, todo traqueteando.

- ¿Memorias?

-No creo en las memorias. Contar objetivamente tu vida es una falacia. Como decía Valle Inclán, las cosas no son como fueron sino como las recordamos.

- ¿Entonces, se trata de una novela de jubilación?

-Es una novela testamentaria que es peor todavía, lo digo sin patetismo. Terminarla me ha producido la melancolía necesaria de saber que nunca voy a emprender una obra narrativa como esta. Sí, es una obra testamentaria presidida por la ficción y la alegría de las palabras. Siempre me he negado a hacer unas memorias pero a cierta altura de mi vida, con 60 años ya cumplidos, llega esa sensación irreparable de que uno es como es porque le sucedieron determinadas cosas, el miedo, la compasión, la identidad, el azar, la propiedad... Esos mimbres podrían contar en qué he desembocado yo mismo.

- ¿Miedo, compasión... nada nuevo?

-Son cosas de la condición humana. En realidad solo hay ocho o diez temas y con ellos he creado una atmósfera desde el primer recuerdo que tengo hasta las últimas cuestiones de mi vida que me han arañado un poco.

- Es una novela de introspección, ¿le ha costado mucho ese ejercicio?

-Llega a ser doloroso cuando realmente te miras en el espejo de las palabras. Se trata de una novela construida a través de 15 años y al final quién eres y por qué eres así. Hay sentimientos encontrados muy fuertes y la disección emocional que llega a ser intratable.

- Suena muy grave.

-He procurado atenuar esa gravedad que puede tener un escrito con estas pretensiones. Es una novela que se mueve en un registro oral, parece que te la están contando. Me gustaría que fuese una novela para ser escuchada.

- ¿Y qué nos cuenta?

-Hechos azarosos. Siempre he tenido la convicción de que uno no debe su identidad a lo que oficialmente debería ser. En la familia aparecen los parientes lejanos, las criadas, los primos, gente que parecía que no estaba llamada a modelarte. Es como aquello que te dijo un profesor cuando eras niño y de lo que él ni se acuerda pero a ti te ha ayudado a moldear tu vida. Los "Años de mayor cuantía" no son los previsibles sino aquellos que tienen una intensidad inesperada y llegas a la conclusión de que somos hijos del azar.