Juan Manuel Cuesta tiene colgado un cartel en su cafetería que imita a la primera página de un periódico del lejano oeste -el "Corredoria West"- y que recoge una fotografía suya colgado de una horca junto a tres de sus empleados. Sobre la imagen hay un titular: "Después de un mes sin terraza, los trabajadores de 'El Carmen' se ahorcan". Este mensaje, cargado de ironía, lleva puesto desde diciembre del año pasado, poco después de que el Ayuntamiento decidiese retirar la terraza que el propietario tenían instalada frente al local. Ahora, medio año más tarde, ha tenido que prescindir de una de sus empleadas y rebajar las horas de trabajo del resto de sus camareros a consecuencia de las pérdidas.

"No tenía ningún tipo de denuncia de los vecinos y no molestaba a nadie. Hace unos siete años tuve que realizar una inversión de unos 6.000 euros para ponerla y ahora me hacen quitarla cuando supone una parte muy importante de mi negocio. Las ventas han caído alrededor de un veinte por ciento. Me han hundido", explica Cuesta. Pero una de las cosas que más le duele al hostelero es que en todo el tiempo que lleva luchando aún no ha podido mantener una conversación con el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo (Somos). "Llevo seis meses esperando por él y no ha tenido ni cinco minutos para hablar conmigo. No recibe. Y lo peor es que cuando vas al Ayuntamiento las personas que están allí te tratan fatal, siempre con prisas y mareándote", señala el propietario del local.

El Ayuntamiento decidió retirar la terraza de Juan Manuel Cuesta "porque estaba situada entre dos zonas ajardinadas y supuestamente impedía el paso". La estructura -un toldo cerrado con techo a dos aguas- cubría cuatro mesas con dos sillas cada una. "Ahora creo que me van a dejar poner dos mesas sin cubrir frente a la puerta, en un sitio que molesta más que antes. A veces antes de aplicar la norma de forma estricta habría que aplicar el sentido común", critica el hostelero.