El joven hostelero Silo Fernández, que nació en La Corredoria hace 21 años, es uno de los ejemplos de llegar y triunfar. Hace sólo seis meses se hizo cargo del Bar Chicote, un clásico de la plaza del Sol, donde está desde hace 45 años. No pudo empezar mejor, ya que ganó el "Capuchón de Oro" del certamen de pinchos de Semana Santa "Bocados del Cofrade".
- Se ha puesto al frente de un clásico.
-El Chicote siempre lo fue. Por las mañanas, de chateo de los paisanos del barrio y algún nostálgico, y por las tardes, de partidas de cartas. Pero los fines de semana se transforma por las noches y llega la chavalería. Para ellos tenemos preparados cientos de pinchos.
- No puede negar que debutó como hostelero con un éxito importante.
-Para mí es muy importante haber ganado "Bocados del Cofrade" y además con una apuesta muy arriesgada, un pincho dulce. Detrás estuvo mi madre.
- ¿Por qué se animó a hacerse cargo de un bar histórico del Antiguo y no optó por otras opciones más propias de una persona joven?
-Llevaba trabajando ocho meses y estaba a gusto. Al jubilarse su propietario, Francisco Álvarez, no lo pensé dos veces. Siempre creí en El Chicote.
- ¿Aportó algo nuevo al vetusto bar o tiene algún proyecto?
-Estoy buscando introducirme en el ambiente de la noche, sin que por eso el bar pierda su esencia el resto del día. Copas y música que hasta ahora no hay.
- El perfil de la clientela no puede ser más variopinto, desde paisanos de partida diaria hasta jóvenes que buscan matar el hambre de madrugada.
-Y a todos ellos los quiero cuidar y conservar, porque son el pasado, el presente y el futuro de este bar tan ovetense. No me perdonaría que El Chicote perdiera su identidad, pese a que las noches de los fines de semana está claro que es de la chavalería. Es todo un reto.
- ¿Cuántos pinchos vende un sábado por la noche durante el fin de semana?
-Puedo llegar a cuatrocientos entre el viernes y el domingo. Los más demandados son los de pollo, pero los de carne guisada cada vez se están pidiendo más y son los más típicos del Chicote.
- Está en la plaza del Sol uno de los lugares preferidos para hacer "botellón". ¿Es fácil convivir con esta práctica?
-No es sencillo. Hay veces que se destrozan cosas, se ensucia el suelo y además no consumen en los bares. Entran sólo para ir al servicio, y deberían ponerse también en mi lugar. El "botellón" debería estar más regulado.
- ¿Como hostelero qué pediría al Ayuntamiento?
-Sólo poder tener una terraza más amplia. Además hay espacio de sobra.
