El alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, aseguró ayer que el Real Oviedo, en su calidad de "inquilino" del estadio municipal Carlos Tartiere, "tiene que acostumbrarse a pedir permiso para hacer obras, como todo el mundo". El regidor hacía así referencia al requerimiento efectuado el día 6 por el tripartito al club azul, desvelado por LA NUEVA ESPAÑA, para que en el plazo de diez días presentara en el Consistorio toda la documentación referente a diferentes actuaciones ejecutadas por su cuenta en el estadio, entre ellas la mampara que se colocó en el derbi en la zona en la que se situó la afición del Sporting de Gijón.

López, en declaraciones a la cadena Cope, aseguró que ambas partes tratan de "corregir este funcionamiento de manera amistosa", con un "proceso de diálogo" para "evitar" que se reproduzcan lo que calificó de "problemas de coordinación".

El regidor también se refirió al estado del césped del Tartiere para indicar que "va a ser un problema toda la vida, porque el subsuelo es el que es, a no ser que se haga una gran obra de ingeniería". En esta tesitura, y a la vista de que, a su juicio, el estadio tiene "necesidades importantes que hay que ir afrontando con costes también importantes", Wenceslao López abogó por "dejar el césped mientras aguante, para centrarse en lo más prioritario".

El Ayuntamiento reserva este año medio millón de euros para obras en el recinto municipal de la Ería que, en su mayor parte, se van a dedicar a reparar los daños que se han detectado en la estructura del estadio

En lo deportivo, el regidor reconoció que el domingo sufrió en el Tartiere, pero se mostró esperanzado en que el triunfo sirva para que el Oviedo recupere toda la fe en sí mismo. "El equipo tiene futuro en Primera", sentenció.