Pocas veces el Aula Magna de la Facultad de Derecho de Oviedo congregó tanto público, tantos alumnos y, también, tantos medios de comunicación. Las jornadas "Prostitución, derechos y vulnerabilidad: regular, evitar, prohibir" promovidas por el Máster en Protección Jurídica de las Personas y Grupos Vulnerables de la facultad nacieron a petición de los propios alumnos, que querían debatir sobre trabajo sexual, y los estudiantes respondieron participando en un debate muy animado, tanto ayer como el martes. Encima de la mesa se analizó la prostitución desde el rigor científico de las distintas disciplinas jurídicas (Filosofía del Derecho, Historia, Eclesiástico, Penal, Trabajo...) y las intervenciones de profesores y alumnos evidenciaron las distintas posturas. Unos a favor de la prostitución voluntaria y otros en contra -los abolicionistas-.

La expectación de las jornadas se vio, además, incrementada por la presencia entre las ponentes de Lucía Fernández (nombre ficticio que usa en su trabajo), una alumna de la Facultad que ejerce la prostitución de forma voluntaria y defiende su actividad. Su paso por las jornadas causó cierto revuelo, y algunas críticas.

El catedrático de Administrativo Leopoldo Tolivar Alas, quien denuncia que "España tolera el trabajo sexual de forma vergonzosa e imprecisa", echó en falta un apartado especial sobre los clientes en el programa. "Los que defienden la dignidad del trabajo de las prostitutas se olvidan de sus clientes. Sin clientela no hay actividad, ni digna, ni indigna. Examinar esa parte es fundamental para el análisis objetivo del mundo de la prostitución", explicó.

Varias manos se alzaron para hacer preguntas. Fueron alumnos posicionados en bandos contrarios. Los abolicionistas argumentaron desde el respeto en contra de la profesión de Lucía Fernández. La falta de moral y ética, el estigma social, la dignidad humana, la oposición al patriarcado e incluso el fraude a Hacienda fueron los razonamientos más utilizados.

Un alumno reclamó también a los organizadores la presencia de prostitutas oprimidas por razones de explotación, raza, situación económica o dependencia a las drogas "para ser objetivos". Las organizadoras le respondieron que no era una tarea sencilla encontrar a alguien de esas características que quisiera compartir abiertamente su vida. De hecho, la profesora de Filosofía del Derecho Leonor Suárez, coordinadora del programa, aprovechó ese momento para agradecer a Lucía Fernández su cooperación en el proyecto.

La legalización

Miguel Presno, profesor de Derecho Constitucional, puso encima de la mesa la posibilidad de legalizar a los trabajadores sexuales en España, un país en el que se admite el alterne como relación laboral por cuenta ajena y la prostitución por cuenta propia. Y es que aquí el código penal establece condenas de entre dos a cuatro años a quien se lucre explotando sexualmente a otra persona aunque tenga su consentimiento. Presno analizó el modelo alemán, más conciliador. Allí existe un registro administrativo de personas que se dedican a la prostitución y unos controles periódicos por parte de los Servicios Sociales del gobierno para velar por la salud e integridad de los trabajadores. "Esta posibilidad existe. El debate está abierto".

Más allá de la regulación de la prostitución, el testimonio de Lucía Fernández también generó abundantes comentarios. "Creo que es una chica muy valiente y le agradezco que haya dado la cara para explicar esta realidad y hacernos reflexionar, aunque no sé si le merece la pena hacer lo que hace". Celia Acuña, estudiante de cuarto de Derecho, siguió con atención la charla de Lucía Fernández en el Aula Magna. Y como ella, otras personas destacaron el arrojo de la trabajadora sexual para comparecer en público. "Es evidente que la participación del alumnado y del público en general es hoy más alta que de costumbre. El tema nos interesa a todos", afirmó Belén Vijande, del personal de administración y servicios de la Facultad.