No es que las pintadas sean algo nuevo en el barrio de La Corredoria, pero los vecinos aseguran que el número de grafitis ha crecido en las últimas semanas de manera exponencial. Se da la circunstancia de que el aumento de las quejas coincide con la puesta en marcha de un plan municipal para limpiar las paredes del casco viejo y acabar con la imagen degradada que ofrece el Antiguo a consecuencia de la acción de los incívicos, una iniciativa muy bien acogida por los vecinos del centro y que también quieren para su barrio los de La Corredoria. "No sólo hay problemas de este tipo en el Antiguo, aquí estamos rodeados de grafitis por todos los lados y también necesitamos limpieza, al igual que otras zonas de Oviedo", solicita Pablo Fernández Cabañas, miembro de la Asociación de Vecinos de San Juan y presidente de la Federación General de Asociaciones de Asturias (Fegea).

Fernández Cabañas sostiene que la situación ya pasa de castaño a oscuro. "Lo tenemos todo lleno de garabatos de mal gusto. Desde el edificio del mercado hasta la escuela infantil de La Carisa, pasando por las fachadas de los edificios particulares. El Ayuntamiento tiene que tomar cartas en el asunto como sea para que esto no siga así", explica el representante vecinal. "Se meten en todos los lados. A veces hasta van encapuchados para que no se les reconozca y los vecinos incluso les tienen miedo", apunta Pablo Fernández Cabañas.

Los vecinos están tan "desesperados" que tienen pensado proponerle al Ayuntamiento que habilite algún espacio para que los grafiteros puedan "desarrollar su arte" de manera controlada y para que las pintadas "sean incluso decorativas y no pura sociedad", subraya el presidente de Fegea. "Lo que está clarísimo es que hay que hacer algo, porque en caso contrario acabarán pintando en nuestras propias casas", añade Fernández Cabañas.

Otra de las medidas que solicitan los vecinos de La Corredoria es que se aumente el nivel de vigilancia en la zona para evitar los grafitis. "Lo mejor para disuadir a aquellos que van contra la ley es poner a la Policía en la calle. En el momento en el que los agentes actúen en un par de ocasiones, seguro que los autores se piensan dos veces volver a pintar en las paredes", subraya el representante vecinal.