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El Reino de los Cielos tiene dos puertas

El Principado escoge el más conservador de los diseños presentados para renovar la entrada de San Miguel de Lillo

El diseño del boceto desechado.

La iglesia de San Miguel de Lillo estrenará puerta este verano. El Consejo de Patrimonio Histórico del Principado ha dado el visto bueno a uno de los diseños que el restaurador Jesús Puras realizó por encargo de la parroquia, que es la que promueve esta actuación y la que la financia. Puras presentó varios bocetos, unos más y otros menos arriesgados, y de entre ellos ha salido adelante el que más se parece a la pieza actual. El restaurador sin embargo prefería la puerta que había proyectado en bronce, con armazón de acero inoxidable y que era más respetuosos con la estética del edificio, ya que estaba inspirada en modelos de la arquitectura tardorromana.

La puerta actual, muy deteriorada, reparada y repintada en innumerables ocasiones, data de la segunda mitad del siglo XX y fue colocada en el marco de las intervenciones dirigidas por Ramón Menéndez Pidal. Es, según Puras, una solución "austericista, copiada de edificios renacentistas y barrocos, con cuarterones, paneles y tachuelas de tipo castellano, y que no tiene nada que ver con el Prerrománico".

El diseño en bronce de Puras no salió adelante pero el Consejo de Patrimonio aceptó su segundo proyecto, que a simple vista incorpora pocos cambios sobre la puerta actual, de estilo "neohistoricista" y que es respetuosa con la imagen más reciente del templo.

Fabricación asturiana

El nuevo portón de San Miguel de Lillo, con unas dimensiones de 3,40 metros de alto y 2,50 de ancho, ya no tendrá el tímpano fijo del actual, así que se abrirá de arriba a abajo, dejando completamente despejada la visión del espacio interior. Tendrá un anclaje en la pared y otro en el suelo, que será el que soportará todo el peso y los muros quedarán liberados de tensiones.

La pieza se fabricará en madera de castaño con anclajes de acero inoxidable y costará unos diez mil euros. El autor del diseño, que se hará cargo de la dirección de obra y de los acabados, calcula que el montaje llevará cerca de una semana. Curiosamente, según Jesús Puras, la puerta de San Miguel de Lillo nunca estuvo colocada a ras de la fachada, sino algo más atrás, quedando ligeramente resguardada.

La fabricación de la nueva puerta será íntegramente asturiana. La empresa Metuval del Berrón se encargará de las piezas de anclaje y metalistería y de Spiga, de Nava, saldrá la carpintería.

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