El nuevo mercado de productos ecológicos de la plaza de la Catedral que echará a andar cada tercer domingo de mes, a partir del próximo 20 de mayo, genera recelo entre los vendedores de excedente agrícola del Fontán. Los campesinos ven posibilidades de éxito a la iniciativa de la concejalía de Economía, pero advierten que el mismo puede producirse a costa de la tradicional cita de los sábados, abocándola a su progresiva desaparición.

Cada vez son menos los productores que acuden al Fontán, tanto los jueves como los sábados, cuando se saca el excedente de la huerta a la venta. Achacan esta situación al progresivo envejecimiento de los agricultores de la zona rural y a la gran competencia de las grandes superficies y creen que la recuperación de la tradición no pasa por más crear más mercados. "La demanda es la que es y quizá no dé para más", señala Ignacio Pérez, propietario de huertos tanto en Oviedo como en Siero.

Los titulares de los puestos del Fontán discrepan del día señalado para tratar de dotar la plaza de la Catedral de un nuevo atractivo turístico en forma de mercado. "Igual un domingo no es el mejor día porque venimos de dos mercados el jueves y el sábado y hay saturación", declara Pérez, que asegura que esta decisión supondrá la muerte de uno de los dos mercados. "O fracasa el de los domingos o triunfa a costa de los clientes del de los sábados", indica.

Las mismas dudas rondan en la cabeza de una veterana del Fontán como Olga Suárez, a la que a priori le parece "interesante" la propuesta de un nuevo mercado mensual, aunque advierte que todo dependerá de las condiciones. "Lo más importante es saber cuanto antes qué productos se podrían sacar a la venta y cuáles no", explica la mujer mientras despacha unas avellanas de su finca de Caces.

El anuncio municipal de tener en cuenta la incorporación de los vendedores de siempre del Fontán al nuevo mercado es valorada por los mismos, pero también reconocen que la base de la iniciativa será un mercado de puestos promovido por una asociación de Gijón. "Vendrá gente de fuera y aunque nos sumemos a ellos seremos más vendedores para más o menos el mismo número de compradores actual". Es el temor de una vendedora que lleva años en el Fontán y a quien la última idea del gobierno local para dar brío al Antiguo genera recelos sobre la viabilidad futura de su actividad.

Los agricultores incondicionales de los martes y los jueves en el Fontán creen que la solución para atraer más compradores y poder participar en nuevas iniciativas como el mercado mensual de la Catedral es necesario que la administración local levante la mano con la venta de ciertos productos.

Los productores de la zona rural de Oviedo lamentan no poder sacar a la venta muchos de los productos "ecológicos 100%" con los que cuentan en sus casas. "Tengo miel casera de gran calidad, pero está prohibida su venta en estas citas y perdemos de ingresar bastante", explica Olga Suárez, que confía en que al menos el nuevo mercado sea más permisivo en cuanto a la producción casera.

En la misma línea se pronuncia Natalia Fernández, disgustada porque la restrictiva normativa impida la venta de los rendimientos de su pequeño corral. "No nos dejan vender huevos de casa y es una pena", señala la mujer sobre un controvertido asunto que, en el caso de otros mercados como el de Pola de Siero, llevó al Consistorio sierense en 2016 a modificar las ordenanzas para permitir la venta, ante las quejas de los vendedores.

La ampliación de la cartera de productos que puedan ofrecer es para muchos la única solución para disponer de mercancía suficiente tanto para los mercados habituales como para el nuevo propuesto por el Ayuntamiento. De todos modos, temen que muchos de sus productos no sean lo que se buscan en una zona turística como la Catedral. "Posiblemente, el perfil de comprador sea más de productos elaborados como quesos o concretos como las fabas", comenta Ignacio Pérez.