El tripartito blinda la inversión de medio millón de euros recogida en las cuentas municipales de este año para ejecutar mejoras en el estadio municipal Carlos Tartiere. Los importantes recortes que se van a aprobar en el capítulo de inversiones del presupuesto, obligados para hacer frente al pago de los 20 millones de euros de la sentencia del Calatrava, no afectarán a la partida del campo de fútbol, que se mantiene en su integridad y no dependerá, como sucede con otras obras previstas por el gobierno local, de la aplicación del superávit o del remanente, lo que, como poco, conllevará retrasos en la ejecución.
La sentencia del Calatrava, conocida cuando ya se habían aprobado las cuentas de este año, obliga a destinar 20 millones de euros (intereses incluidos) para hacer frente al pago de la indemnización tras la retirada por parte del Ayuntamiento de la concesión del palacio a la empresa que lo gestionaba.
En un principio, estaban consignados presupuestariamente, 35,7 millones de euros para inversiones de todo tipo, tanto en el casco urbano como en la zona rural.
Tras el descuento para pagar la factura del Calatrava, la cantidad reservada para obras se verá reducida a 14,8 millones de euros, según los cálculos de la concejalía de Economía. Este importante recorte quedaría compensado, según el tripartito, con la aplicación de 7,7 millones de euros procedentes del superávit municipal y de otros 11,7 millones de remanente. Se trata de cantidades adicionales a las que el gobierno local fía la ejecución de numerosas actuaciones recogidas en el presupuesto inicial y que, de llevarse finalmente a cabo, sufrirán demoras. Entre esos proyectos hay obras en colegios, peatonalizaciones o saneamientos, pero no figura la partida del Carlos Tartiere, que permanece inalterable en el presupuesto ordinario, de acuerdo con la propuesta de modificación presupuestaria consensuada por los tres socios de izquierda (PSOE, Somos e IU) y que, salvo retrasos inesperados, recibirá luz verde de Pleno el próximo día 2 de mayo.
Descartada por el momento una intervención a fondo en el maltrecho terreno de juego del Tartiere, y a la espera de consensuar los detalles con el Real Oviedo, buena parte de ese medio millón de euros del presupuesto se destinará a subsanar los numerosos problemas que se han detectado en la estructura del estadio.
Los técnicos municipales que han analizado con detalle el estado del recinto de la Ería achacan los desperfectos, alguno de ellos de gravedad y apreciable a simple vista, a una "inadecuada conservación durante sus primeros años de vida", periodo que coincidió con la más grave crisis sufrida por la entidad azul y en el que el Carlos Tartiere sufrió un importante abandono general.
El tripartito dispone de un proyecto de reparación de la estructura del estadio, realizado por una ingeniería especializada, en el que se detalla la relación de obras necesarias para reparar "todos y cada uno de los elementos estructurales" del Tartiere, entre ellos vigas, pilares, muros, forjados o tirantes de la cubierta. La primera fase de las actuaciones está valorada en 90.000 euros.
Las relaciones entre el actual gobierno municipal y el Real Oviedo, que nunca han sido fluidas, se tensionaron en las semanas previas al derbi contra el Sporting de Gijón por el desencuentro a la hora de colocar una mampara de protección en la zona en la que se situó la afición visitante. Ante la falta de acción municipal, el club azul corrió por su cuenta con la obra para llegar a punto para el partido de rivalidad regional, igual que ha hecho con otros trabajos de entidad menor en diversas dependencias del estadio. Hace un par de semanas, la junta de gobierno requirió por escrito al club que le remitiese toda la documentación relativa a esa actuación y a otras que el Oviedo habría realizado en el campo por su cuenta, sin permiso municipal. El alcalde, Wenceslao López (PSOE), acaba de recordar a la entidad azul su condición de "inquilino" y el deber de pedir autorización para hacer obras, "como todo el mundo".
