Enrique Encabo (Barcelona, 1979) es un especialista de las biografías de Raquel Meller, la Bella Otero o La Chelito y de las letras con doble sentido. Este profesor de música de la Universidad de Murcia pronunció ayer una conferencia en el Ópera Café invitado por la Cátedra Leonard Cohen para ahondar en el género musical ligero del siglo pasado. El título: "Tiempos modernos: El arte frívolo (cupletistas y cuplé)".

- ¿Cuándo surgió el cuplé, el cabaret y la opereta?

-En España la fecha es algo difusa pero suele datarse en el cambio de siglo, en 1900, y establecerse su época gloriosa de 1910 a 1920. A nivel europeo y americano el género se alarga hasta los años 30 con el cabaret.

- ¿Cuál fue el detonante?

-Había un ambiente convulso de grandes cambios sociales y nuevas corrientes culturales. Por ejemplo, había novela erótica y literatura de consumo. Convivía la diversión y el entretenimiento con la modernidad.

- ¿Cuál fue el primer cuplé?

-Es probable que "La Pulga". La alemana Augusta Berges la interpretó por primera vez en 1893 en Madrid. Luego la cantaron muchas artistas y la que le dio más popularidad fue La Chelito. Las mujeres le ponían una carga de erotismo, pero además de este tipo de cuplé, también existe el cuplé sentimental, el patriótico o el de actualidad.

- ¿Las artistas estaban bien vistas en la época?

-Eran celebridades, ídolos de masas. Las cupletistas de los locos años 20 se parecían a las 'influencers". Salían vestidas a la moda, usaban los últimos cosméticos y el público aspiraba a tener sus joyas y su ropa. Raquel Meller o La bella Otero fueron estrellas internacionales. Desde el punto de vista artístico también contribuyeron a avanzar, Tórtola de Valencia revolucionó la danza. Era modernísima y llegó a impartir clases de baile en Alemania. Estas artistas tenían dinero, eran empresarias y viajaban.

- ¿Todas las canciones fueron escritas por hombres?

-Probablemente sí, pero es bueno hacer otra lectura. Las mujeres eran las coautoras de las canciones ligeras por la interpretación personal que hacían de las letras en el escenario. La gente iba a ver cómo cantaba tal o cual tema una artista en concreto.

- ¿Hubo problemas de escándalo público?

-Sí. Lo que pasa es que muchos estaban casi pactados porque daban publicidad y fama o generaban morbo. También hubo quien fue acusada de ser muy ligera. El tiempo ha sido muy injusto con La Bella Otero porque pasó a la historia por ser amante de reyes y príncipes, cuando fue una artista total.

- ¿Las versiones actuales del cuplé están demasiado asociadas a la reivindicación homosexual o las drag queens?

-Existe cierto revival. Ha habido musicales como "Los ojos de Raquel Meller" y algunos de Celia Gámez. También existen artistas underground; La Shica o De La Purissima han hecho sus versiones. Además, las drags queens han incluido el cuplé y la copla a su repertorio al ser moldeables y servir como reivindicación. Me parece bien.

- ¿El cuplé sigue sorprendiendo hoy en día?

-Claro. Hay letras algo salvajes. Algunos temas del siglo pasado aún sorprenden, como el "tango de la cocaína", que es de 1926 y ahonda en el mundo de las drogas y las dependencias. Es una transgresión y como todas, llega hasta un límite.