Los vecinos de Vallobín presumen con ironía de una obra provisional que amenaza con convertirse en eterna. El camino de hormigón construido para las obras de estabilización de los taludes situados junto al polideportivo del barrio, inaugurado en 1993, continúa a día de hoy plenamente operativo. Los irregulares huecos dejados entre la infraestructura y las aceras originales denotan que algo quedó por hacer, pero pasados tantos años ya casi nadie se acuerda de la actuación pendiente.

El objetivo de la pista de hormigón, de unos diez centímetros de grosor, era evitar el hundimiento de las aceras originales durante los trabajos para levantar el equipamiento deportivo. La intención inicial era retirar la capa de hormigón una vez concluidas las obras, pero hubo contratiempos que lo evitaron. "Se dijo que debido al desnivel las ambulancias para los eventos deportivos patinarían por la pendiente y se dejó así", comenta Javier Fernández, de la asociación de vecinos de Vallobín.

A día de hoy puede verse todavía sobresalir el plástico de color negro sobre el que se echó el hormigón. Los recortes de las aceras, con profundos huecos de menos de un metro cuadrado sirven también de chivatos de que algo se quedó a medias. "La verdad es que es un peligro, yo sé de varios casos de tropiezos, aunque por suerte no hubo que lamentar ninguna desgracia", indica Ignacio Fernández, un vecino y paseante habitual de la zona que califica el resultado como "una chapuza más de las habituales que hacen los políticos".

Los residentes de la zona reconocen que el levantamiento de la pista dejó hace mucho tiempo de ser ninguna prioridad, pero verían con buenos ojos una alternativa más vistosa. "Alguna vez viene gente de fuera a partidos y se pregunta quién sería el que lo diseñó", comenta Ángel Saavedra, otro habitual de los paseos por el entorno del equipamiento deportivo y los espacios verdes que lo rodean.

Fuentes municipales aseguran, sin embargo, que la pista fue construida en el año 2007 para evitar que los camiones que trabajaban en los taludes dañaran los accesos al complejo deportivo. Reconocen que la misma fue construida de manera provisional, pero finalmente no se retiró porque "alguien decidió que no había dinero para ello".

También hay quien se mofa de una situación un tanto surrealista. "¿Qué todavía siga ahí? Ya es patrimonio de la Humanidad", bromea Jorge Sanz, un vecino de La Corredoria impresionado por la supervivencia de una obra pensada para unos meses y que ya anda por el cuarto de siglo de vida con un estado de conservación bastante mejor que el de muchas aceras de sus alrededores.

Otros defienden la pista con un tono más serio. "Si a la gente no le molestó durante tanto tiempo, será que no está tan mal", dice el propio Saavedra, partidario de acometer otras mejoras más urgentes de la ciudad antes de proceder a levantar un camino al que algunos ya tienen como elemento diferenciador del barrio ovetense.

De momento se desconoce la existencia de proyecto municipal alguno para corregir lo que para unos es una deficiencia y para otros simplemente una chapuza a la que el paso del tiempo y su utilidad práctica convirtió en un espacio público condenado a seguir existiendo posiblemente durante algunas décadas, quién sabe si siglos, más.