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La madre coraje del fútbol ovetense

"Llegué a lavar 60 equipaciones en casa", dice María Luisa Urbaneja, medalla de bronce municipal tras 30 años al frente del San Juan La Carisa

La presidenta del San Juan La Carisa, con un carro lleno de balones de fútbol. MIKI LÓPEZ

"Mi coche hizo más kilómetros que el Alsa, pero mereció y sigue mereciendo la pena". María Luisa Urbaneja, presidenta del San Juan La Carisa desde su fundación en 1988 hasta la actualidad, lo tiene muy claro. "El mundo del fútbol genera muchos sinsabores", dice sin poder evitar cierta emoción al recordar los malos momentos, pero, después de tres décadas al pie del cañón y "dejándose la vida en ello", asegura con la cabeza bien alta que el balance es "muy positivo"; más, tras el acuerdo del pleno municipal de concederle la medalla de bronce de la ciudad.

"A falta de remuneración, es una recompensa que presta mucho", confiesa. El acto político no le hace especial ilusión, pero sí sus consecuencias. "Es increíble el número de personas que me están felicitando y transmitiéndome su reconocimiento a raíz de esto", cuenta con una sonrisa de oreja a oreja sobre una jornada cargada de anécdotas como la felicitación de Pancracio, un exjugador de origen Caboverdiano que ahora triunfa como modelo en Los Ángeles.

El aplauso actual premia el largo camino recorrido. Hace 30 años, Urbaneja, natural de Figaredo (Mieres) y su marido, el ovetense José Enrique González, acababan de mudarse a La Carisa y decidieron ponerse el mundo por montera para tratar de dar una alternativa sana y divertida a los numerosos niños llegados a un barrio de nueva creación. "Los niños jugaban entre los aparcamientos de los coches y había que hacer algo", explica la presidenta de la entonces floreciente Asociación Deportiva La Carisa.

Lo que en un principio nació para el entretenimiento pronto se convirtió en una labor social de gran importancia para La Carisa. "Los noventa fueron años muy malos por la droga y el equipo permitió que muchos no entraran en ese mundo", indica para luego hacer referencia a la otra cara de la moneda, los prejuicios generados por la lacra en el barrio. "Tuvimos un patrocinador muy potente que nos retiró la ayuda para evitar que le asociaran a La Carisa", relata con tristeza.

El club tardó mucho tiempo en encontrar su sitio. Hasta la inauguración en 1999 del campo Díaz-Vega, el San Juan La Carisa fue una entidad nómada. Llegaron a pagar 125.000 pesetas de alquiler por jugar en el campo de Los Castañales y luego pasaron por Las Torres, Fumea, Cerdeño, La Morgal y La Pixarra.

La vida de Urbaneja cambió radicalmente con el estreno de las nuevas instalaciones que hoy comparten con otra media docena de equipos. "Llegue a lavar 60 equipaciones en mi propia casa", comenta la madre de dos hijos y abuela de cuatro nietos para, pero que presume de gran familia. "Mi marido fue minero y yo me dediqué a cuidar niños, tanto dentro como fuera de casa", sostiene con humor, satisfecha por los progresos logrados en los últimos treinta años. "Ahora tenemos unas instalaciones dignas donde jugar y lavar la ropa", respira mirando por el retrovisor hacia una época en la que pagaba "mil duros de luz cuando los recibos de las vecinas no superaban las mil pesetas" de tanto darle uso a la lavadora.

Sin embargo, lo que más valora la madre coraje del fútbol ovetense es el apoyo recibido en los malos momentos. El fallecimiento de su marido hace nueve años le hizo pensar en tirar la toalla. Su hijo Daniel la obligó apenas una semana después a reabrir las instalaciones para un partido. "Fue un acierto porque el cariño y los ánimos de la gente me sirvieron para salir adelante", admite.

Su condición de mujer "jamás" le trajo ningún problema en el fútbol. Presume de que su participación en reuniones era muy activa y "siempre respetada". Reconoce haber sido castigada una vez "por decir que el comité de competición lo más redondo que había visto era un queso gruyere" y no se arrepiente, pues reivindica que fue respetuosa y nunca más tuvo problemas. "Mi máxima es representar al club con dignidad, se gane o se pierda", afirma entusiasmada.

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