Aquel refrán que dice que el día de la Ascensión (valga la semana) luce más que el sol no se cumplió ayer. Cierto que hubo momentos que parecía primavera, pero la mayor parte de la jornada fue invernal y eso deslució la fiesta hasta hacerla casi desaparecer por momentos. Lo más llamativo fue ver a las bandas de gaitas escapando del chaparrón en medio de la calle Uría a las cinco y media de la tarde, minutos después de comenzar un desfile que ya de por sí contaba con poquísimo público, apenas unas decenas de personas en la plaza de la Escandalera, lugar de partida de las más de 720 personas que estaban convocadas para desfilar.

La mañana comenzó animada en la Losa, uno de los principales escenarios de la feria. A la una de la tarde se celebró la primera "Gala de las estrellas ganaderas". La otra será hoy a la misma hora con entrega de premios incluida. Por la alfombra azul de la plaza de los Ferroviarios desfilaron una veintena de vacas y toros. Allí estaban "Triunfador", campeón nacional con sus 1.500 kilos de peso, o "Tizón", ejemplar de una tonelada. Ambos fueron los más aclamados, que no aplaudidos por el público, que no se atrevía a dar palmas por miedo a que las bestias se asustasen. "No pasa nada, podéis aplaudir", decía el "speaker" de la gala. El desfile también quedó un tanto deslucido debido a que ayer mismo se celebraba en Cangas de Onís el campeonato nacional de "asturiana de la montaña" con lo que muchos ejemplares premiados estaban en el oriente asturiano.

Aún así, pese a la lluvia, pese a la invernada, pese al frío, los niños lo pasaron como lo que son. Los talleres infantiles de la Losa, como el de apicultura, en el que los pequeños se ponían el traje de apicultor y entraban en un panal fue uno de los más exitosos de la jornada. La exposición de instrumentos de Pablo Canalís también congregó a numeroso público.

Los miembros de la asociación "Como yera antes", de Valdesoto", suplieron la falta de animales en las carpas de la Losa. Llevaron un par de ejemplares de pita pinta, un xatu, varias cabras y una burra con su cría. "Esti tratante quier comprame la burra pero no trajo perres", se quejaba uno de los miembros de la asociación caracterizado de ganadero. "Se la vendo por 1.500 personas pero no hay manera, quier pagame 900", insistía ante un público entregado. Finalmente tuvo que llegar el cura para mediar en el negocio. "Déjotela en 1.300 con la cría y todo". Trato hecho.

En la plaza de la Catedral también hubo teatro de comedias con "El circo en la luna", pero el aguacero de las dos de la tarde obligó a suspender la representación. El público, que hasta esa hora había llenado la plaza y la contigua de Porlier, salió corriendo a guarecerse en los bares cercanos y los artesanos se quedaron solos atechados en sus puestos. "Va tar así todo el día", se quejaban.

La jornada de ayer se cerró en el teatro Filarmónica con un gran homenaje al gaitero Xuacu Amieva. Una veintena de solistas y bandas de gaitas ofrecieron un concierto para rendir tributo a un músico que lleva 30 años apostando por la música tradicional asturiana.