La propuesta de Wenceslao López de recuperar la plaza de toros de Buenavista como espacio multiusos podría llegar a buen puerto si se evitan los errores del pasado, es decir, plantear una reforma que respete el edificio y su entorno. Eso es, al menos, lo que indican algunos de los especialistas presentes en la Comisión de Patrimonio, los mismos que hace tres años ya estaban en dicho órgano cuando se tumbó una petición similar de Agustín Iglesias Caunedo (PP) para adaptar el coso ovetense.

La situación ahora parece más favorable, aunque el proceso, advierten todas las fuentes consultadas, es costoso y lleva mucho tiempo (la anterior revisión duró dos años), por lo que recomiendan a López que se dé prisa y tramite ya la nueva solicitud de revisión de la protección de la plaza de toros para su rehabilitación ante Patrimonio. De momento, en el servicio del Principado dependiente de la consejería de Cultura no consta ninguna petición del Ayuntamiento sobre el centenario edificio de Juan Miguel de la Guardia.

La gran ventaja de Wenceslao López es que cuenta con el respaldo de sus compañeros de partido en el gobierno del Principado, algo que Caunedo no tuvo. Y dentro del Consejo de Patrimonio, el órgano que tiene la decisión en última instancia, son más los votos de los representantes políticos que de los técnicos especialistas, aunque se les respete y muchas veces logren imponer su criterio.

Así las cosas, los miembros académicos de Patrimonio indican que el problema de la plaza de toros de Buenavista no fue, cuando Caunedo solicitó revisar el BIC, la urgencia para reformar el edificio, sino el proyecto que se presentó, que desvirtuaba totalmente el edificio y también la zona.

"Un disparate"

El profesor de Historia del Arte y miembro de la comisión de Patrimonio Javier González Santos destaca que la propuesta que el PP había puesto encima de la mesa era "un disparate", "muy costoso" y que, además, se llevaba por delante todo el parque que rodea en la actualidad a la plaza con unos árboles que han ido desarrollándose a lo largo de los años. González Santos critica también la indefinición de aquel proyecto ("no se sabía muy bien lo que pretendían albergar") y admite que en la actualidad no ve problemas para cubrir el edificio si el proyecto no se mete en el subsuelo y no se destruye el parque. González Santos destaca que la plaza de toros de Buenavista sigue siendo "uno de los poquísimos testimonios en Asturias de arquitectura neomudéjar" y que la historia de su construcción, sus reformas y su "mala suerte" también le dan un carácter más singular.

Su colega en la Universidad y en Patrimonio Ana Fernández tiene una opinión similar: se pueden dar otros usos y reformar la plaza si se respeta el edificio. "La propuesta anterior tiraba la plaza, la conservación era nula y caía en los errores de siempre", razona. Ana Fernández sugiere soluciones que respeten el edificio y destaca que "los motivos por los que se protegió, siguen vigentes". "Las cosas, una vez que se protegen no se pueden desproteger por capricho. Pero hay muchos ejemplos de plazas que se han reformado".