Ocho pasajeros del autobús urbano resultaron ayer heridos después de un frenazo del conductor para evitar el impacto con otro vehículo cuando circulaban por la glorieta de la plaza de la Cruz Roja poco antes de las cinco y media de la tarde. Una uvi móvil y tres ambulancias trasladaron a los afectados, todos ellos con contusiones leves, al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) tras una primera atención en la calle Víctor Chávarri, donde estacionó el chófer para facilitar la atención de los daños de los viajeros.

"Frenó de repente para no chocar y unas seis personas cayeron de golpe", relató una viajera que resultó ilesa, pero vio cómo su marido salía peor parado con "varios golpes", aunque eso sí, pudo salir por su propio pie del vehículo con ayuda de los sanitarios desplazados hasta la zona.

El propio conductor de la línea H2 que une el campus de Cristo con el centro comercial de Paredes (Siero) pidió disculpas a los viajeros, pero explicó que su decisión se vio motivada por la necesidad de evitar el impacto contra un vehículo que apareció por la parte interna de la rotonda. "No le quedó otra", comentaron algunos de los viajeros tras ver de cerca lo que pudo ser una desgracia.

Octogenarios con daños

Entre los heridos hubo desde jóvenes menores de 30 años hasta octogenarios. El diagnóstico de todos ellos fue el mismo: contusiones leves. De todos modos, fueron trasladados al HUCA para someterlos a más pruebas y descartar posibles daños internos causados por los golpes.

Lo aparatoso del incidente requirió la presencia de una patrulla de la Policía Local de Oviedo, encargada de regular el tráfico y facilitar el trabajo de los sanitarios. Estos estuvieron durante casi media hora atendiendo a los heridos en el interior del autobús hasta completar su traslado al complejo hospitalario. La situación preocupó algunos familiares que llegaron hasta la zona para comprobar aliviados que todo había quedado en un susto.