La feria ganadera de la Ascensión vivió ayer su edición más pobre. Tan sólo 400 cabezas de ganado, en su mayoría caballos, acudieron al recinto del polígono Olloniego-Tudela. Los participantes achacan la baja cifra, la peor que se recuerda en la época moderna, a la competencia de las citas de San Isidro de Llanera, el pasado fin de semana, y de Corao (Cangas de Onís), prevista para el próximo, además de a carencias del complejo, más una explanada que un ferial. Como contrapeso a las críticas generalizadas, el tripartito aprovechó ayer para anunciar la licitación en las próximas semanas de un proyecto de 1,1 millones de euros para cubrir el recinto, y se propone negociar con Llanera "una fecha fija" para no pisarse y que el certamen pueda remontar el vuelo.

Los números hablan por sí solos. El año pasado fueron 500 los animales reunidos y ya hubo muchas voces que lo calificaron de "desastre". En esta ocasión, con un centenar menos, la valoración general es todavía peor, aunque el concejal de Cultura y Festejos, Roberto Sánchez Ramos, declaró estar satisfecho "por la respuesta que hubo".

La comparativa se agrava respecto a ediciones más alejadas en el tiempo. En 2016, primer año de celebración de la cita en Olloniego-Tudela, se expusieron 2.000 cabezas de ganado (1.500 caballos), es decir, cinco veces más que ayer, frente a los 2.500 animales puestos a la venta en la última feria celebrada en el recinto ferial de Ables (Llanera), en mayo de 2015.

La Ascensión sale goleada en la pugna con la feria de San Isidro de Llanera, creada tras el traslado de la cita ovetense, en la que hubo 3.600 animales la semana pasada, y con la Feriona de Corao, el próximo fin de semana, en cuya última edición, el año pasado, el número de reses también superó las 3.000.

Ante las malas cifras registradas, el alcalde de Oviedo, el socialista Wenceslao López, plantea varias propuestas para recuperar la pujanza de antaño de la feria ganadera de la Ascensión. Además de respaldar el proyecto anunciado por el edil de Festejos para dotar de una cubierta de 2.000 metros cuadrados el recinto de Olloniego-Tudela, pretende negociar con Llanera "una fecha fija" para la cita de la Ascensión para "evitar la competencia" con la feria de San Isidro.

López destacó la buena ubicación del recinto elegido en 2016 para trasladar la feria, pero reconoció la necesidad de varias mejoras para consolidarla. "Es un lugar accesible para toda el área central", dijo, convencido de una idea que ligó al concepto metropolitano de la región. "Los municipios no deben hacerse la competencia sino colaborar", explicó el alcalde ovetense.

Aunque López y Sánchez Ramos anunciaron el nuevo recinto ferial cubierto, el Alcalde rechazó comprometerlo para la próxima feria de la Ascensión. "En 2019 estará en funcionamiento, pero no sabemos si llegaremos a tiempo". No será así si se cumple el calendario que dio sobre la marcha Roberto Sánchez Ramos. "La ejecución será de entre ocho y diez meses y podrían empezar las obras a finales de año". Las cuentas no salen, por tanto.

Tras los anuncios, ambos representantes municipales pasearon entre los animales y comprobaron de primera mano el descontento de muchos ganaderos. "No vengáis a poneros con los caballos después de este desastre", clamó un vendedor crítico con la falta de comodidades de otros recintos "como el de Llanera o Infiesto".

El descontento alcanzó incluso a compradores llegados desde fuera de Asturias. Algunos dieron por hecho que sería su última Ascensión. "No vuelvo más, no merece la pena tantos kilómetros para esto", contó molesto Uco de Cos, tratante de Reinosa (Cantabria). "No vengo con afán de criticar, pero se nota una profunda desorganización", dijo para justificar la escasa concurrencia, a pesar de llevarse para su tierra una veintena de caballos. "Unos son para carne y otros para vida", apuntó.

Otros, como el palentino Félix Íñigo, lamentaban el declive del certamen ovetense. "Nunca lo vi tan bajo", comentó en un pequeño paréntesis en medio de uno de los tratos que más expectación levantaron durante la jornada. Varias decenas de personas llegaron a formar un corro como espectadores de la exhibición de "los cracks del trato caballar".

Los ganaderos locales se mostraron más cautos, pero llamaron a hacer autocrítica. "A nosotros nos vino bien el traslado desde Llanera, pero tendría que haberse hecho con el equipamiento nuevo ya terminado porque la gente marcha descontenta", sostuvo un propietario de vacas que prefiere mantenerse en el anonimato y huir así de controversias.

Del mismo modo, hubo quien consideró un error el retraso de la feria ovetense para desmarcarse de la de Llanera. "Si se hubiese adelantado, al menos el 50 por ciento de lo llevado a Ables habría estado aquí", comenta Rafael Álvarez, vecino de San Pedro de Naves, que se quedó con las ganas de vender alguna de sus veinte vacas expuestas en la feria.