La pediatra ovetense Lucía Galán mantuvo durante cerca de tres horas la atención de los padres que ayer acudieron a escuchar su conferencia en el Auditorio. Más de trescientas personas, algunas con sus hijos pequeños en brazos o sentados a su lado, escucharon sus lecciones sobre el manejo de las emociones, aderezadas con anécdotas personales, de su familia y de su consulta. "Nuestras palabras tienen un poder mayor del que imaginamos y nuestros hijos nos están escuchando siempre", advirtió a los progenitores que acudieron a verla. Lucía Galán les explicó cómo hacer de los niños personas con una actitud positiva ante la vida. "Hay que trabajar el optimismo desde niños", les recomendó.

La conferencia le sirvió a Lucía Galán, que ejerce la medicina en Alicante, mantiene desde hace años el blog "Lucía, mi pediatra" y colabora en TVE, para presentar su nuevo libro, "El viaje de tu vida". Es el tercero que publica, después de "Lo mejor de nuestras vidas" y "Eres una madre maravillosa".

La pediatra dedicó la mañana del sábado a repasar las emociones más comunes en los padres y en los hijos, y a explicar a los primeros cómo manejarlas adecuadamente, insistiendo en el valor educador del ejemplo.

Les hizo ver cómo "somos lo que sentimos, no lo que pensamos" y a controlar esas emociones con los pensamientos. "Piensa bonito y sentirás bonito", prometió. Hasta a los sentimientos más oscuros se les puede dar la vuelta. "La tristeza despierta una emoción que es la empatía y la compasión, que va un paso más allá para ayudar", explicó la pediatra.

Muchas de sus lecciones sobre la educación de los hijos estuvieron ilustradas con historias protagonizadas por sus hijos, Covi y Carlos, y por sus pequeños pacientes. También proyectó vídeos, con padres compartiendo experiencias y sentimientos y un pequeño documental biográfico, inédito en el que cuenta cómo su paso por el Hospital Central de Asturias con cinco años, con una grave meningitis, despertó en ella la vocación de ser "médico de niños".

Lucía Galán, aplicando su costumbre de sacar lo positivo de cualquier situación, sacó enseñanzas de provecho de aquella enfermedad y de la dura experiencia de los diez días que estuvo ingresada, que aún hoy aplica. En el pequeño documental, titulado "Veintitrés horas de soledad y una hora de felicidad al día", cuenta que durante aquella estancia aprendió que un médico nunca debe mentir a sus pacientes, que debe explicarles lo que va a hacerles, que ha de tratar a los niños como niños y respetar su inocencia, que hay que evitar desnudar por completo a los enfermos en atención a su pudor y que nunca se les debe culpar, de ningún modo, de su enfermedad.

"La vida improvisa pero podemos cambiar la forma de afrontar los acontecimientos", explicó a sus oyentes, y esa actitud, añadió Galán, conforma una "actitud" que determinará la felicidad en su vida. Sonreír, trabajar el sentido del humor, ser amable, contar historias divertidas a los niños -que ella va apuntando en una libreta a lo largo del día para luego contarlas al llegar a casa- y poner el foco sobre la solución de los problemas, dejando de darles vueltas inútiles, son algunas de las recomendaciones para mantener una actitud optimista, que la pediatra ovetense dio durante el acto, organizado por la clínica ovetense Llaca, especializada en ortodoncia infantil.