El arquitecto Felipe Díaz de Miranda Macías emplazó ayer a la sociedad ovetense a definir "entre todos" la "identidad" del Campo San Francisco, para sacar al histórico recinto del "vergonzoso estado" en que, a su juicio, se encuentra, convertido en una especie de "trastero de la ciudad, en el que todo cabe". Invitado por la Asociación de Amigos de Vetusta, Lancia y Pilares, presidida por José María Navia-Osorio, el conocido urbanista ofreció ayer en la sede del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) una conferencia sobre el pasado, el presente y el futuro de un "corazón verde" de la ciudad que, según su diagnóstico, se encuentra gravemente enfermo, pero que evitará una situación terminal siempre que se lleven a cabo las intervenciones que requiere. Pasarían, en líneas generales, por mejorar su relación con la ciudad y revitalizarlo con un plan de choque que vaya desde la mejora del pavimento a la recuperación del quiosco de la música o de una fauna que ha ido desapareciendo "hasta quedar reducida a los cuatro animales que hay en el estanque", lamentó el ponente.

Presentado por el médico y escritor José Antonio Álvarez Riesgo, el arquitecto inició su disertación con un recorrido histórico por el Campo, desde la leyenda que asigna su origen a la iglesia que habría mandado construir en el lugar San Francisco de Asís, durante una estancia en la ciudad de camino a Santiago de Compostela, hasta nuestros días. Después, Díaz de Miranda se apoyó en una extensa documentación gráfica para demostrar que la situación actual del Campo es "indignante".

"Escándalo"

"Lo del paseo de los curas raya el escándalo. Hay una mole de hormigón visto que en Asturias está prohibido hasta en las cuadras", advirtió el urbanista, que también criticó la "indignante" situación del quiosco de la Chucha, del palomar, de la fachada de la biblioteca o del mobiliario para el paseante. "El abandono y la falta de limpieza es total", afirmó Díaz de Miranda, crítico con "la falta de cariño e interés hacia el Campo".

Pero no todo está perdido para el arquitecto, que aboga por empezar a revertir la situación actuando sobre el tráfico. "El Campo debe dejar de ser la principal rotonda del centro de la ciudad, con 37.000 coches al día por la Escandalera y 20.000 por Santa Susana", advirtió. Para lograr tal objetivo, propuso la eliminación del parking de la Escandalera y la peatonalización de alguna de las calles que circundan el parque. Todo ello, a su juicio, minimizaría el impacto de los vehículos sobre un espacio público que ve llamado a desempeñar un papel fundamental en el urbanismo del Oviedo del futuro, algo que, según advirtió, se fragua en estos momentos con la de revisión del plan municipal de ordenación y el proyecto para el área central.