Vecinos del barrio de Teatinos denunciaron ayer el incumplimiento de la orden de alejamiento dictada contra el hombre de 48 años detenido por unos supuestos tocamientos realizados a ocho niñas de entre 8 y 13 años en la zona infantil de una sidrería del barrio. Varios testigos aseguran haber visto al varón, casado y padre de un hijo de corta edad, caminando a escasos metros del local en el que se produjeron los hechos el pasado día 14. La Policía Nacional constató los abusos incluso antes de instalar unas cámaras de alta resolución en la zona de juegos, con las que pretendía captar con detalle los hechos denunciados por varios padres. El acusado trabajaba como camarero en un local muy cercano a de los hechos.

"Hemos evitado que pasaran cosas más graves", indica el dueño del establecimiento en el que tuvieron lugar los supuestos tocamientos. El hostelero sitúa el inicio de las sospechas en una visita realizada días antes por el acusado al local junto a su mujer y su hijo. En aquella ocasión había dos niñas de entre 12 y 13 años en la zona infantil. El hombre, con la excusa de acompañar a su hijo, bajó las escaleras que llevan a la sala de juegos y habría hecho "propuestas raras" a las menores. "Ellas mismas contaron que les había ofrecido dinero y refrescos para que le acompañaran dentro del hinchable, pero se negaron en redondo y se fueron", explica.

Tanto el titular del local como los progenitores contaron su versión a la Policía y esta decidió iniciar las investigaciones a través de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM). Durante aquel primer episodio, las cámaras de videovigilancia del local no permitieron captar con suficiente calidad el proceder del hombre y los agentes decidieron instalar cámaras de alta resolución para constatar posibles comportamientos delictivos del hombre, que era cliente habitual de los bares de la zona.

Los hechos precipitaron la detención. Antes de culminar la instalación del dispositivo se produjeron los supuestos abusos a las ocho niñas y una denuncia de los padres de las afectadas llevó a los agentes a actuar. Los investigadores dieron por buenas las imágenes captadas por las cámaras de la sidrería para justificar el arresto. El hombre volvió a bajar ese día con su hijo al parque infantil y comenzó a ofrecer cosas a las niñas con afán de que le acompañaran a una zona apartada para practicarle tocamientos. Una de las menores subió las escaleras y dijo lo que pasaba a sus padres. Sus palabras generaron un gran revuelo en la sidrería y, según los testigos, el hombre lo escuchó y decidió huir.

Detenido en su trabajo

El presunto abusador fue detenido al día siguiente en su puesto de trabajo para sorpresa de sus compañeros y empleadores. "Era un gran profesional, pero ya no queremos saber nada de él porque esto nos ha dejado en shock y deja tocada la imagen de todos", confesaba una excompañera.

La noticia de la detención del vecino, bastante conocido en la zona, causó gran conmoción en el barrio, dando pie a las quejas de varios residentes. Estos no conciben que el acusado siga paseando por la zona y los denunciantes insisten en que está incumpliendo la orden de alejamiento dictaminada por el juez. Ante esta reacción, algunas fuentes cercanas al entorno del hombre dicen que éste les ha comunicado su intención de mudarse a Torrelavega (Cantabria). Una solución insuficiente para algunos. "Si allí vuelve a actuar no servirá de nada", advierten en Teatinos.