Ciudadanos denunció ayer que el contrato lanzado por el tripartito para la campaña de los presupuestos participativos de este año es "nulo", ya que, según el portavoz "naranja", Luis Pacho, "encarga trabajos que ya han sido realizados y abonados". Ante esta situación, Ciudadanos emplaza a la concejala de Participación, Ana Taboada (Somos), y al alcalde, el socialista Wenceslao López, a que "expliquen las razones por las que pretenden contratar un servicio externo para llevar a cabo obras que ya se vienen desarrollando desde hace dos meses".

Pacho asegura haber detectado "varias irregularidades" en los pliegos de la campaña de difusión de los presupuestos participativos. A su juicio, y para empezar, resulta un "sinsentido" que se saque a licitación un contrato de casi 50.000 euros para la publicidad de los presupuestos participativos en el que se incluyen "dos fases que ya han expirado, pese a lo cual se encargan 48.000 pasquines y 500 carteles para la que terminó el día 30 de mayo".

Es más, Pacho denuncia que "en los pliegos también se pide un servicio de furgoneta y conductor por el que el Ayuntamiento ya ha pagado". Para el portavoz de Ciudadanos, "estamos ante una gota más en el vaso del gobierno de los chanchullos con contratos menores y la red clientelar".

Alegaciones y nulidad

El portavoz de Ciudadanos ya anuncia que, a la vista de todas las irregularidades que aprecia en los pliegos, va a presentar una serie de alegaciones en la mesa de contratación, solicitando la nulidad del contrato.

La respuesta de Somos a estas acusaciones no se hizo esperar. A través de un comunicado, acusó ayer a la "muleta del PP", en referencia a Ciudadanos, de "mentir y cometer errores" a causa de su "obsesión" con Ana Taboada. Y es que, a juicio de la marca municipal de Podemos, y contra lo manifestado por Pacho, "no se ha realizado ni uno solo de los trabajos previstos en el contrato de los presupuestos participativos".

Al contraataque, Somos sostiene que "el único que pretende contratar con empresas amigas es Luis Pacho, hasta que le pillan sus compañeros y le obligan a pagar los 3.000 euros de un anuario de autobombo".