La gran soltura con la que corrió Ana Álvarez, ganadora de la subida en madreñas de la calle Gascona en la prueba femenina, impresionó a propios y extraños. La menos sorprendida fue la propia protagonista, quién nada más pasar la línea de meta desveló la clave de su éxito: "llevo usando madreñas desde que tenía 8 años y por eso me desenvuelvo tan bien".

Álvarez rememoró su infancia en el pueblo de Moal, donde las labores del campo y la necesidad de combatir el frío y evitar el contacto con el fango de los caminos obligaban al uso generalizado de los zuecos tradicionales. "Todo el mundo las usaba y yo no iba a ser menos", declaró la corredora de la Asociación Deportiva Moal, que corrió con los colores y el nombre del club grabado en las madreñas.

La situación es similar a la del campeón masculino. El laureado atleta Luis Fernández Bárcena usa desde muy joven las madreñas para las labores del campo en Coya, su localidad natal. "Siempre las puse para ir a ver el ganado a la cuadra", confesaba poco antes de tomar la salida de la carrera mixta en la que se alzaría con el doblete.

De todos modos, el atleta reconoció la dificultad de usar las madreñas para correr. "Tienes que ir como frenándote porque al no tener ningún tipo de atadura si vas excesivamente rápido se te pueden escapar", indicó sobre una competición precedida de un improvisado entrenamiento. "Hasta minutos antes de la carrera no había probado a correr así", aseguró.