Con zapatillas de casa, madreñas reglamentarias y sin ningún tipo de atadura. Estas fueron las únicas condiciones para los quince valientes que ayer se lanzaron a subir la calle Gascona a la carrera con el tradicional calzado de madera, en la prueba organizada por las sidrerías del lugar. El piloñés Luis Fernández Bárcena ganó la prueba masculina y la mixta, mientras que Ana Álvarez de Moal, en Cangas del Narcea, repitió el triunfo logrado dos años antes. Los dos son atletas, aunque hubo un gaitero, un tamborilero y hasta un cocinero del Bulevar de la Sidra.

El ambiente festivo y las ganas de cachondeo no restaron pompa a la competición. En juego, premios de 150, 100 y 75 euros para los tres primeros de cada categoría. Aun así, hubo quién aprovechó la cita para divertirse y poner una nota de color. Fue el caso del cocinero de la sidrería Villaviciosa, José Soto. Este se calzó las zapatillas y las madreñas con su atuendo de trabajo, bata blanca y gorro de cocina incluido; otro, Ricardo Antonio Poo optó por un "look" más asturiano, con montera picona.

La nota folclórica la pusieron el gaitero de Fitoria Arsenio Ruiz y su inseparable tamborilero, Javier Fernández. Cubrieron los más de 300 metros del recorrido comprendido entre Foncalada y la calle Jovellanos interpretando "La marcha el xarreru" para deleite de público y competidores. "La verdad es que cuesta tocar y a la vez coger aire para completar la subida", confesó el gaitero, participante únicamente en la prueba masculina, pues la fatiga le llevó a renunciar a la competición mixta, punto y final de la mañana.

La distinción simbólica y extraoficial al carácter competitivo se la llevó Florencio Moro. El ovetense no dudó en tirarse de cabeza a la meta para lograr la segunda posición en la prueba mixta, superando in extremis a Pinón González. De esta forma tan espectacular, con un apretado final, se puso la guinda a una jornada en la que también hubo juegos tradicionales como la rana, la pesca de botellas o el cascayu, con gran participación infantil.