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Dos restaurantes asturianos, entre los mejores locales para celíacos de España

El Fartuquín, en Oviedo, consigue el primer puesto en el ranking de Celicidad | En cuarto lugar, el sierense Llagar el Quesu

Mari Fernández López, cocinera de El Fartuquín, elabora alguno de los platos de la carta Luisma Murias

El restaurante asturiano El Fartuquín ha sido nombrado mejor local sin gluten de España. El ranking, publicado por la aplicación Celicidad, sitúa al restaurante ovetense en el primer puesto de un total de diez. No es el único de la región. El Llagar El Quesu, de Siero, también figura en el cuarto puesto del ranking. "Hemos recibido la noticia con mucha alegría. Llevamos años trabajando sin gluten y lo bueno es que las valoraciones las hacen los clientes", dice José Luis Suárez, propietario y director de El Fartuquín junto con Mari Fernández.

El restaurante abrió hace 22 años e implantó la liberación del gluten de forma progresiva tras la llegada de un cliente habitual celíaco: "Adaptábamos partes pero nos dimos cuenta de que era imposible. Teníamos que tomar una decisión". No es la primera vez que el restaurante consigue reconocimiento dentro de este ranking, creado en este caso a raíz de la votación de 25 000 usuarios de la aplación.

El Fartuquín de José Luis Suárez y Mari Fernández incluye en su carta 100% libre de gluten una amplia gama de platos tradicionales asturianos. Cuando decidieron optar por esta nueva oferta, la mayor preocupación era conseguir un sabor igual al de los platos con receta tradicional: "Y lo conseguimos. La gente que sí que toma gluten no se entera". Curiosamente, tal y como cuenta José Luis Suárez, descubrieron tres años después de la transformación total de su carta que su hija era celíaca: "Llevábamos muchas pruebas porque le sentaba muy mal la comida y al final resultó que ella también lo era".

Tres puestos por debajo, en el número cuatro, otro local asturiano se ha hecho hueco: Llagar El Quesu, con un establecimiento en Bobes y otro en Madrid. "Estamos muy contentos de poder ayudar a tanta gente que tiene este problema", afirma Miguel García, responsable del local sierense. El negocio, abierto en un antiguo llagar de sidra, abrió sus puertas en mayo de 2018 con una carta completamente apta para celíacos desde el primer momento: "Fue por un tema de necesidad. Mi socio tenía familiares celíacos, lo propuso y lo llevamos así desde el primer día. Los clientes no notan la diferencia de sabor".

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