Los técnicos esperan que haya deportividad y buen ambiente

Guarda recuerdos imborrables del choque de ida, celebrado en septiembre en El Molinón. "Uno de ellos es la imagen de mis azules, ahí en el fondo del estadio lleno. Recuerdo que no se arrugaron y apretaron desde el primer al último minuto del encuentro. Y, además, ver a mi equipo, que en ningún momento se vino abajo. Con esa gente que tenemos detrás hay que tener poca sangre para no sentir lo que transmiten", manifestó el técnico oviedista. "Por lo que experimenté en la primera vuelta se vive un buen ambiente y ante un campo lleno. La de El Molinón fue una experiencia inolvidable y seguro que se repetirá este domingo en el Carlos Tartiere".

De los de Rubén Baraja, Anquela no se fía. "Del Sporting me preocupa todo. Es muy buen equipo, con potencial", declaró antes de reconocer que confía en que el partido de mañana sea, ante todo, una gran fiesta del fútbol asturiano. "Espero que reine la tranquilidad, que los aficionados disfruten, cada uno con su equipo. También que usemos la cabeza, que esto al final es un partido de fútbol y tiene que ser un ejemplo a nivel nacional".

De la misma opinión es el técnico rival, quien vivirá su primer derbi asturiano desde el banquillo. "Espero que haya una deportividad sana, que disfruten del derbi de la mejor manera y que los sportinguistas salgan satisfechos de lo que ha hecho su equipo en el partido, señaló Baraja, que lleva 60 partidos como entrenador en la categoría. El vallisoletano confía en que los suyos rompan pronto su racha de no ganar lejos de El Molinón. Si es mañana ante el máximo rival, mejor. "La gente del Sporting mira al Oviedo y la gente del Oviedo mira al Sporting. Trataremos de conseguir estar por encima, pero siempre dentro de nuestros objetivos. Tenemos que centrarnos en lo que nosotros buscamos y ojalá también podamos quedar por encima del Oviedo", declaró a este diario.