Hay tiempo para todo. Incluso para estudiar dos carreras a la vez o compatibilizar estudios y trabajo. Es la máxima del gijonés Carlos Gómez-Aleixandre, premio fin de carrera de Ingeniería Eléctrica. A sus 22 años, el pasado curso, cuando terminaba esta carrera, decidió matricularse en Ingeniería Electrónica. Gracias a las convalidaciones pudo comenzar en tercero y únicamente le queda un curso para finalizar. Aunque se lo tomará con calma. Desde finales de septiembre reside en la localidad portuguesa de Coimbra, donde está realizando un máster en transporte sostenible y sistemas eléctricos de potencia que ofrece la Universidad de Oviedo. Durará dos años, tiempo en el que el joven, de 22 años, espera poder finalizar la segunda carrera.

Siempre tuvo claro lo que quería. La asignatura de Física siempre le gustó y apenas tenía secretos para él. Quizás el que su padre sea profesor de esta materia ayudó algo, aunque fue su madre quien le influyó más a la hora de elegir titulación universitaria. No porque presionara a su hijo, sino porque él, como años antes hiciera su hermano mayor, decidió seguir sus pasos en la Ingeniería Eléctrica, en este caso en la modalidad bilingüe, que a pesar de sus dudas no le costó demasiado. Más bien todo lo contrario. Quizá su hermano pequeño, que actualmente cursa Educación Secundaria, siga también el mismo camino, aunque tener delante a un hermano premiado suele marcar. O no.

Gómez-Aleixandre siempre estudió muy bien, incluso tuvo tiempo para jugar en un equipo de fútbol en primer y cuarto cursos. Este año, al irse a Portugal, lo ha dejado, pero tampoco se arrepiente. Está encantado con lo que está aprendiendo en el máster, y una vez que lo acabe, quizá se aventure a hacer el doctorado. En un futuro le gustaría trabajar en alguna universidad, ya sea nacional o extranjera, y va a luchar por ello. Ayer su madre recogió el merecido galardón.