Asturias se llena de manzanas. Comienza la recogida de la fruta sidrera y este año la cosecha será muy importante tanto en calidad como en cantidad. Las condiciones climatológicas de la región en los últimos meses han favorecido el crecimiento y la maduración de la manzana y se puede hablar de una "cosechona", muy similar en cifras a la de hace dos temporadas, pero con un plus de calidad que verá sus frutos la próxima primavera.

Esta circunstancia viene avalada por el fenómeno conocido como la vecería, que hace que los árboles frutales alternen años con grandes cosechas con años de escasez. En el caso del Principado, en los años impares la cosecha es mayor y permite que prácticamente toda la sidra del llagar Trabanco provenga de manzana asturiana.

Durante todo el año sus responsables han trabajado minuciosamente para conseguir una materia prima de primera calidad, pero es ahora, a principios de octubre, cuando arranca la cosecha en las pumaradas. Lavandera, localidad a escasos kilómetros de Gijón donde se ubican sus instalaciones, es ya un trajín de tractores y camiones. Los recolectores, impacientes ante la gran cantidad de manzana que cuelga en los árboles, tienen prisa por llenar los llagares, pero el proceso ya se sabe que debe realizarse con calma.

Las distintas variedades de manzana exigen unos plazos de maduración distintos, ya que hay variedades que la tienen temprana y otras más tardía, por lo que una programación adecuada garantiza que la manzana se recoja en su punto óptimo de maduración. Eva Trabanco lo tiene claro: "La manzana hay que recogerla cuando está madura, por eso en el llagar realizamos análisis durante todo el año, pero especialmente en estos últimos días, porque un poco de madurez que falte puede dar al traste con el trabajo de todo un año", señala.

La cosecha se extiende, sin descanso, hasta las primeras semanas de diciembre. En los manzaneros de Sariego y Lavandera continúa el proceso donde la manzana se pesa antes de que llegue el momento de lavado y selección de los mejores frutos. Los escogedores se encargan de descartar, de manera manual, los frutos que no pueden continuar, ya que la calidad de la manzana es la base fundamental para conseguir una sidra de primera calidad.

Todas las prensas de madera están ya preparadas para que el "líquido patrio" comience a deslizarse por las tablas y surja esa fantástica sidra dulce que después de la fermentación se convertirá en la sidra natural de escanciar que todo el mundo conoce. Estas prensas tradicionales, muy poco habituales ya en los llagares, son uno de los secretos mejor guardados de Trabanco. Son más laboriosas, porque necesitan más personal atendiéndolas, y también son más lentas, pero el resultado es una sidra más fina y elegante. De hecho, toda la Sidra de Manzana Seleccionada, que este año ya se etiquetará como Denominación de Origen, pasa por esas prensas de madera, así como la sidra sobre la madre, que este año se agotó en tan sólo tres meses y batió récord de ventas.

Los toneles están preparados para la fermentación de la sidra. El tiempo dirá si la nueva cosecha estará lista para marzo o para abril, pero seguro que será fantástica, porque "en Asturias tenemos la gran suerte de producir la manzana con el sabor más intenso del mundo", comentan en Trabanco. Este factor, junto con el saber hacer de tantos años de historia de este llagar, hace que el nombre de Sidra Trabanco viaje por el mundo y su sidra sea una de las más demandadas, tanto por los profesionales como por los consumidores.

Asimismo, no pueden quejarse del presente 2017, ya que está siendo un gran año para el llagar. Villaviciosa y Gascona han considerado a Trabanco "la mejor sidra" en sus respectivos y afamados concursos, con la alegría añadida para el consumidor de que es ahora cuando la sidra está en su mejor momento, con lo que sólo queda disfrutar de un buen culín y compartir momentos sidreros con la familia y los amigos.