Desde hace décadas la evolución industrial y tecnológica ha llevado a que bajo nuestros pies, sobre el techo, tras las paredes de los lugares que habitamos y en los que trabajamos existe un mundo que no vemos. Un complejo sistema de instalaciones eléctricas, térmicas, de gas, de seguridad, etcétera, que nos permiten desarrollar en el mejor ambiente nuestros proyectos profesionales y personales.

Este entramado de instalaciones, "invisibles" en el día a día y que sólo se hacen "visibles" cuando fallan o cuando provocan accidentes, no pueden obviarse y han de diseñarse, ejecutarse, mantenerse e inspeccionarse según la normativa vigente que nos garantiza en todo momento mantener la seguridad y la eficiencia propia del nivel tecnológico del siglo XXI.

En muchas ocasiones estas instalaciones se abandonan a su suerte por falta de presupuesto para mantenimiento, por actuaciones de personal sin la debida cualificación o por necesidades de espacio que llevan a utilizar cuartos específicos de instalaciones como lugares de almacenamiento de todo tipo, incumpliendo toda normativa.

Para profesionales de empresas como Uría Ingeniería de Instalaciones S.A., que día a día visitan decenas de instalaciones en edificios para ofrecerles a sus propietarios ahorros en la explotación de las mismas, es habitual encontrarse con instalaciones eléctricas y salas de calderas que no se ajustan a la normativa vigente y en las que se puede considerar un auténtico milagro que no ocurra ningún accidente de graves consecuencias. Casos donde se mezcla una sala de calderas, con o sin almacenamiento de combustible, con el lugar de almacenamiento de la basura del edificio, productos para la limpieza, pinturas, improvisados vestuarios del empleado de la finca, y lo mismo en cuartos de contadores eléctricos, de gas o de agua. Todos estos casos, por desgracia, siguen siendo más frecuentes de lo que nos podemos imaginar.

Quizás esa "invisibilidad" de las instalaciones que o bien discurren ocultas por zonas del edificio o bien se ubican en zonas no frecuentadas a diario por los inquilinos tales como sótanos, azoteas, cubiertas, trasteros, bajos comerciales en desuso, lleva a olvidarse de ellas y sólo las recordamos cuando nos dejan sin el servicio para el que han sido pensadas.

No podemos obviar la importancia de que todos los edificios cuenten con las adecuadas medidas de protección contra incendios, pasivas y activas, para que en caso de un incidente, este sea lo más liviano posible. Las instalaciones de protección contra incendios son especiales porque a diferencia del resto de instalaciones, estos sistemas están diseñados e instalados con la expectativa o esperanza de que no sea necesario utilizarlos, pues esto implica la existencia de un incendio.

Es importantísimo recordad que cualquier tipo de instalación eléctrica, de calefacción y agua caliente, de ventilación, de combustibles, contra incendios, etcétera, sólo y exclusivamente puede ejecutarse y mantenerse por empresas y profesionales debidamente autorizados y cualificados que garanticen la seguridad y eficiencia de las mismas y que bajo ningún concepto, por muy económico que resulte a primera vista, pueden actuar sobre ellas ni empresas, ni personal, incluidos los propios inquilinos, que no requieran de la oportuna habilitación profesional. Desde hace unos años se pueden consultar públicamente a través del Registro Integrado Industrial (RII), disponible en la web del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, las autorizaciones con las que cuenta una determinada empresa.

Más información en: http://www.urianet.com