El Oviedo es un equipo con personalidad. La que le da Erice en el centro del campo o Susaeta en la banda derecha. Y con incorporaciones como las de Hervías es también un equipo con desborde, con picardía y peligroso cuando llega arriba. La personalidad sirve al equipo de Egea para tutear a un Rayo Vallecano, que, además de ser de Primera División es un equipo estimable, que gusta de jugar bien al fútbol y que dispone de futbolistas de mucho talento.

Los azules fueron de menos a más en la primera parte. Algunos desajustes en defensa, normales a estas alturas de la temporada, hicieron que el Rayo dispusiera de alguna que otra opción de generar peligro que no llegaron a concretar. Y es que la propuesta del equipo de Jémez es diferente a la que se suele encontrar el Oviedo. Los madrileños tratan de presionar muy arriba y de llegar con el balón jugado hasta la misma línea de gol. Eso provocó algunos fallos de la defensa azul.

Pero fueron sólo los primeros minutos. Poco a poco el Oviedo se fue encontrando cómodo. Sin volverse loco, logró cerrar la puerta de entrada al Rayo y empezó a encontrar espacios para atacar. En el minuto 20 una combinación entre Hervías y Héctor Font acabó con un centro del castellonense que no pudo rematar Linares, que cayó en el área, sin que pareciera penalti.

Hervías, una de las últimas incorporaciones del Oviedo, es un jugador inquieto y descarado. Situado en el extremo izquierdo, siempre que entra en contacto con el balón intenta algo. Ya sea una bicicleta, un regate o superar a su defensor por velocidad. También sabe combinar con sus compañeros y centrar con precisión.

De hecho, en una primera parte en la que el Oviedo iba sintiéndose cada vez más cómodo a medida que pasaban los minuto, fue el propio Hervías el que puso un fabuloso centro a Linares para que el ariete zaragozano peinara el balón y abriera el marcador en el minuto 40 de partido. Un instante antes el delantero había desperdiciado un mano a mano con Cobeño. El Oviedo terminó la primera parte dominando a un Rayo Vallecano que se vio impotente ante el orden y la consistencia que mostraron los pupilos de Sergio Egea.

Entre las novedades más llamativas de la alineación inicial que presentó el Oviedo estuvo la presencia de Rubén Miño en la portería en detrimento de Esteban y la de Peña en el lateral izquierdo, arrebatándole el puesto a Dani Bautista. También Hervías, a pesar de llevar muy poco tiempo en el equipo, salió de partido dejando en el banco a Valle. En la segunda parte se produjo el debut del nuevo lateral derecho azul, Fernández.

El Rayo marcó el empate a dos minutos del final

El de ayer era un partido de pretemporada, pero ninguno de los dos contendientes quiso desarmar el equipo en la continuación. Los asturianos hicieron cuatro y los madrileños dos, al que se unió al poco de comenzar la segunda parte la entrada de Quini por Tito, lesionado.

No quiso tocar Egea ni el doble pivote ni la pareja de centrales. También es cierto que las lesiones de Generelo y Verdés dejan al técnico argentino con menos recambios. Una oportunidad para consolidar dos zonas del campo que dan al equipo la solidez que busca Egea. A Hervías le cambio de banda, a la derecha, y colocó a Susaeta de mediapunta, en lugar de Héctor Font. Por la izquierda se situó Borja Valle.

Comenzó achuchando el Rayo, que no quería salir derrotado ante su afición y en su trofeo. De hecho, algunos aficionados comenzaron a protestar los fallos de sus jugadores, ansiosos porque llegara al menos el tanto del empate ante un equipo que juega una categoría por debajo.

El dominio del Rayo duró toda la segunda parte, pero el Oviedo no se descompuso ni cuando Egea fue introduciendo, poco a poco, los cambios. Llegaron algunas ocasiones claras para el Rayo, pero también, en el minuto 76, Cervero estrelló un balón en el larguero en lo que podía haber sido el segundo tanto de los azules en una buena contra.

Sólo cuando ya se agotaba el encuentro, un gran disparo de Manucho puso el empate en el marcador. Un tanto muy celebrado por la grada vallecana.

Un empate que hizo justicia a lo visto sobre el terreno de juego. En la primera parte fue mejor el Oviedo y en la segunda dominó el Rayo. Los azules mantienen las excelentes sensaciones que están mostrando durante esta pretemporada. Y encima se llevaron el trofeo en los penaltis gracias a dos grandes paradas de Esteban.