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Análisis

El Oviedo tiene un guante

El buen golpeo de balón de Susaeta, uno de los principales recursos ofensivos del equipo azul

Néstor Susaeta golpea el balón durante el partido del Oviedo ante el Lugo, en el Tartiere. IRMA COLLÍN

Susaeta sigue golpeando el balón con una clase que casi nadie tenía en Segunda B y que muy pocos igualan en Segunda. Lo demostró el domingo en el Tartiere ante el Lugo, en un partido en el que sus centros fueron la principal arma ofensiva del Oviedo. Y eso que a los gallegos no les pilló de sorpresa. "Sabíamos que Susaeta las tira muy bien a pie cambiado y que había que estar muy fuertes en el primer palo. Aún así nos han cogido", reconocía Milla, entrenador del Lugo, tras empatar (2-2) con el Oviedo.

Y es que el domingo el extremo vasco fue una pesadilla para la defensa del conjunto gallego. Cada vez que golpeaba el balón, sobre todo en acciones a balón parado, era una ocasión de gol para el Oviedo. Susaeta le pega con tanta precisión que ha conseguido que la grada del Tartiere celebre cada córner con entusiasmo. No es para menos. De sus botas nació la acción con la que el Oviedo certificó el ascenso y lo mismo ha sucedido con la que inauguró la cuenta goleadora de los azules en su regreso al fútbol profesional. Dos cabezazos. Los que remataron David Fernández y Vila culminaron dos acciones que quedarán grabadas en las retinas de la afición carbayona y que nacieron de las botas del eibarrense.

Miguel Linares sabe bien lo que supone tener a un jugador como Susaeta en la plantilla. El que fuera máximo goleador la pasada temporada en Segunda B reconoce que gracias al vasco el Oviedo es mucho más peligroso en las acciones a balón parado: "Tenemos a Néstor, que le pega como muy poca gente en la categoría. El año pasado era un privilegio tenerlo y este año pasa lo mismo. El nivel sube en la categoría, porque hay mucha gente, más compañeros de otros equipos que le pegan bien, pero tener a Néstor es una garantía. Ayer (por el domingo) volvió a poner otro balón perfecto. Hay que aprovecharlo", concluía tras el entrenamiento de ayer en El Requexón.

Y eso que no fue Linares uno de los beneficiarios durante el partido ante el Lugo. El gol que logró el ariete zaragozano llegó en una acción en la que no intervino Susaeta. Pero ese segundo tanto azul podía haber llegado mucho antes. El Oviedo estuvo a punto de adelantarse en un remate de cabeza de David Fernández que salvó en una gran intervención el guardameta Jose Juan. El centro, como no, salió de las botas de Susaeta.

El vasco, de 30 años, ha alcanzado en el Oviedo un punto de madurez que le está llevando a realizar sus temporadas más completas, en las que está siendo sobro todo más regular. Y eso que el inicio en el conjunto azul no fue fácil. Susaeta llegó al Oviedo en la temporada 2013-14, que acabó siendo catastrófica en lo deportivo para los azules. Llegaba del Alcorcón, de Segunda, para ser unos de los futbolistas importantes de una plantilla pensada para sacar al Oviedo del pozo de la Segunda B. Susaeta fue importante, jugó 34 partidos y marcó 9 goles, pero el equipo estuvo lejos de lo esperado y no llegó ni a clasificarse para la promoción de ascenso. De aquella plantilla pocos se libraron de la quema y siguieron en el club. Solo tres. David Fernández, Erice y el propio Susaeta. Los tres continúan siendo pilares importantes del Oviedo, ahora ya en Segunda.

La pasada campaña, la segunda de Susaeta en el conjunto azul, fue casi perfecta y sirvió para dejar atrás los sinsabores de la primera. El vasco volvió a ser importante, pero esta vez le acompañó una plantilla que estuvo a la altura del reto que se le exigía. El resultado fue el ascenso como culminación de una campaña casi perfecta, en la que el título de campeón de Segunda B fue un broche de oro.

Por lo visto en la pretemporada y tras el recital que dio en el primer partido de Liga, a Susaeta aún le queda cuerda para rato. El extremo se siente cómodo en el Oviedo. En el conjunto azul se ha asentado y se siente querido y apreciado por la afición. En tan buenas condiciones, un jugador que es capaz de hacer con los pies lo que piensa con la cabeza, seguirá dando alegrías. Y es que los centros de Susaeta no distinguen de categoría. En Segunda B casi siempre encontraban rematador, en Segunda van por el mismo camino y el futuro dirá hasta dónde puede llegar el guante del extremo más apreciado en el Tartiere.

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