Derrota del Real Oviedo en su feudo que acaba con su racha de tres partidos consecutivos llevándose la victoria.

La dificultad de la Segunda División quedó de manifiesto a lo largo del partido de hoy. Con oportunidades para los dos equipos, el resultado pudo decantarse de cualquiera de los dos bandos pero el mayor acierto en el remate de los visitantes les hizo acreedores, finalmente, de los tres puntos.

El Real Oviedo es un equipo en clara formación y adaptación a la nueva categoría y tuvo enfrente, hoy, a un Girona que conoce los automatismos de su técnico a la perfección con el paso de los años.

La defensa de tres hombres con carrileros muy profundos de Machín planteó problemas en los primeros minutos a los locales pero poco a poco los de Egea fueron equilibrando el encuentro.

Susaeta y Linares a punto estuvieron de adelantar a los ovetenses pero Becerra lo pudo evitar con dos grandes intervenciones. Por su parte, Lejeune falló un claro remate de cabeza delante de Esteban.

El Real Oviedo volvió a sacar rédito del balón parado. En un saque de esquina botado por Susaeta, Borja Valle se adelantó a la defensa para lograr el primer gol. La mala suerte se cebó en el berciano, lesionado en la rodilla en esa jugada, que debió ser sustituido por Aguirre.

El Real Oviedo con el marcador a su favor parecía sentirse cómodo y tener el partido donde quería pero un inocente penalti permitió a los catalanes empatar el encuentro antes del descanso.

La segunda mitad comenzó con la misma tónica que en la primera. El Oviedo era peligroso a partir de jugadas rápidas, de poca combinación, y ataques por las bandas pero sufría cuando no tenía el balón.

Los de Machín tenían las ideas muy claras y en una jugada de Javi Álamo por la derecha se adelantaron en el marcador tras remate de Mata.

Los azules lo intentaban de forma precipitada pero la entrada de Edu Bedia le dio mucha más calma el encuentro. Las jugadas tenían mayor continuidad y fueron echando poco a poco al Girona sobre su propia área, algo que quedó mucho más acentuado con la expulsión de Alcaraz a falta de un cuarto de hora.

A partir de este momento se produjeron gran cantidad de centros laterales que Becerra se encargaba de interceptar por alto con la ayuda de sus centrales y dos remates a los palos de Aguirre y Edu Bedia a los que les faltó muy poco para igualar el encuentro.

Con un Oviedo volcado, Sebas pudo finiquitar el encuentro pero no pudo superar a Esteban con su remate.

En definitiva, tres puntos que vuelan del Carlos Tartiere en un partido entretenido, y con ocasiones por las dos partes, y con un penalti al filo del descanso que pareció desbaratar los planes locales que se estaban haciendo con el partido con el paso de los minutos.

12.983 espectadores en el coliseo ovetense en una agradable tarde para la práctica del fútbol y un césped en buen estado.