Con 2-2 en el marcador de Zorrilla y la sensación de que al Oviedo se le escapaba un partido que claramente había merecido, Susaeta decidí intervenir en el asunto. No es la primera vez que lo hace en la presente temporada. El centrocampista recibió en una zona intrascendente del campo. Al menos en apariencia. Condujo, se perfiló y soltó un latigazo seco, desde unos 35 metros que se coló en la meta de Julio. La acción supone 3 puntos importantes para el Oviedo, sobre todo en el aspecto anímico.

"Cuando recibí el balón, encaré a su pivote y pensé que me taparía el disparo pero me quedó la pelota para la pierna derecha. Le pegué con el alma y, por suerte, entró en la portería. Es un buen gol y además ayuda al equipo a conquistar una victoria importante", explica con sencillez Susaeta, el autor de la acción que desequilibró el choque. El extremo echa mano de la memoria para ensalzar la situación en la que compite el equipo azul: "La temporada pasada jugamos contra el Valladolid B, nos metieron 4 goles y perdimos. Ahora competimos ante el primer equipo, que es un gran conjunto, y estamos apoyados de una forma brutal desde la grada. El Valladolid tiene, además, a un pedazo de entrenador que ascendió dos categorías con el Éibar. Es un partido de mucho mérito. Fue un duelo de tú a tú y salimos ganadores".

Cuando se le pregunta por su buena racha, Susaeta asegura estar de acuerdo, pero se lo toma con naturalidad: "He jugado muchos partidos en Segunda, con rachas muy buenas, por ejemplo en el Rayo, y otras veces que me ha tocado estar en la grada. Si soy sincero, y lo digo con humildad, sí que estoy bien pero tampoco me sorprende mi rendimiento", señala. "La prensa es más de etiquetar al jugador pero aquí, en Segunda, hay jugadores que podrían estar en Primera perfectamente. El fútbol son oportunidades y hay que saber aprovecharlas", añade.