Al final del choque un periodista de Bilbao le preguntó a Ziganda por qué había jugado Villalibre (19 años) en lugar de Santamaría, delantero habitual. El "Cuco", mítico delantero evolucionado a entrenador, respondió con una naturalidad sorprendente. "Villalibre no había sido titular hasta ahora y hay que ver a todos los chicos". El razonamiento no se aleja mucho del que pueda sostener un entrenador de un equipo infantil, obligado éticamente a darle una oportunidad a todos los niños de su equipo.

La cantera es agradecida. Siempre que se le da una oportunidad, responde. Pero la respuesta hay que buscarla a largo plazo. El año pasado, por ejemplo, Diegui contó con algunas oportunidades en ausencia de Nacho López. Estuvo tan bien que el entrenador le aconsejó cambiarse el nombre artístico a Johannesson, mucho más comercial. El problema es que acabada la temporada volvió al Vetusta. Tuvo que esperar a una doble lesión para contar de nuevo con el foco. Y no defraudó. Ayer fue el mejor sobre el terreno de juego. La pena es que cuando se recuperen los dos laterales, su sitio volverá al filial. No debe olvidar el Oviedo el largo plazo.