El Oviedo de Egea se ha movido entre dos aguas en este inicio de competición. Como si no estuviera seguro de qué método emplear para llevarse los tres puntos. O quizás sea simplemente que quiere adaptarse a lo que cada momento requiere. El caso es que los azules se han mostrado en determinados partidos como un equipo dominador, con la posesión de pelota por bandera, que trataba de dañar al rival acumulando hombres en torno al balón. Pero en otras citas ha cedido voluntariamente el juego al rival esperando un fallo, un robo veloz o una pelota sin dueño para montar una rápida contra. A la luz de los datos, el segundo traje, el de equipo que espera a la contra, le está dando más éxitos.
De los once partidos disputados ahora en la Liga, en 7 de ellos el Oviedo tuvo más posesión de balón que el rival y en 4 fue dominado. La estadística favorece a los azules cuando han tenido menores porcentajes de control de pelota. En los cuatro partidos como equipo dominado, el Oviedo ha sumado tres victorias (3-1 al Albacete, con 39% de la posesión; 2-3 en Valladolid, con un 46%; y 3-2 al Alcorcón, con el 41%) y un empate (0-0 ante el Bilbao Athletic, con el 49%).
Los diez puntos sumados sobre 12 posibles son un bagaje excepcional, muy superior al que presentan los encuentros en los que los azules fueron dominadores. En siete ocasiones, el Oviedo tuvo más el balón que el rival, cosechando una victoria (0-2 en Tenerife, con el 52% de la posesión), tres empates (2-2 ante el Lugo, con el 56%; 1-1 en Elche, con el 54%; y 1-1 contra el Mallorca, con el 51%) y tres derrotas (2-0 frente al Alavés, con el 53%; 1-2 ante el Girona, con el 52%; y 4-2 en Ponferrada, con el 51%).
Las buenas sensaciones del Oviedo a la contra se apoyan en otros datos adicionales. En el cómputo de goles, por ejemplo. En los encuentros en los que los azules son dominados, los de Egea anotan una media de 2.25 goles por partido mientras que Esteban recibe 1.25 tantos. Con el Oviedo en el rol de equipo que quiere la pelota, los azules marcan menos (1.28 goles por partido) y encajan más (1.71).
Esperar al rival también aumenta la presencia del Oviedo en el área contraria. El equipo carbayón dispara 15,25 veces por partido cuando tiene menos de la mitad del tiempo el balón, mientras que cuando es poseedor lo intenta 11,4 por encuentro. Los datos revelan que un mayor número de pases no asegura necesariamente mayor presencia cerca del arco rival. El partido en el que el Oviedo chutó menos a puerta, 7 intentos, fue ante el Girona, después de acumular el 52% de la posesión. Sin embargo, el partido más productivo de los azules en ataque fue en Zorrilla, con 19 remates y tres tantos. En aquella ocasión, los de Egea cedieron la pelota a los de Garitano y solo la mantuvieron el 46% del partido.
El único aspecto en el que el Oviedo mejora con la posesión es en el de remates recibidos: 10,9 por partido por los 12,5 cuando los rivales tienen más la pelota.
