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Ladrones de guante blanco

Egea quiere que sus delanteros, que ante el Nàstic protagonizaron el 18% de los robos de balón del Oviedo, sean los primeros en ejercer la presión

Ladrones de guante blanco

Egea está dispuesto a patentar un Oviedo coral, un equipo sin delimitación de funciones según la línea de la que se trate. En gran medida, de eso tratan los sistemas modernos. Ahora los zagueros son los primeros encargados de armar el juego ofensivo. A los delanteros, antes una especie diferente que solo se relacionaba con el gol, les toca emplearse en labores defensivas. La propuesta que Egea quiere para su Oviedo empieza con la presión efectiva de sus hombres de ataque. Ante el Nàstic, se vieron sobre el césped muchas de las virtudes que pueden convertir a los azules en un candidato a metas mayores.

Tras el 2-0, los protagonistas han ido desfilando ante los medios con un mensaje claro: todos ellos coincidieron en alabar el papel de los delanteros en las labores defensivas. Egea abrió la veda y Erice y Borja Gómez le siguieron. Koné, uno de los aplaudidos, reconoció que el nivel de entrega en tareas defensivas se había intensificado.

La principal diferencia del Oviedo ganador ante el Nàstic con el equipo que presentó una imagen menos lucida ante el Bilbao Athletic y el Numancia estuvo en la línea de presión. Los de Egea, esta vez, sí mordieron al contrario en su propio campo. El mecanismo de defensa tuvo efectos tranquilizadores para los azules; Esteban no recuerda una segunda parte tan apacible en mucho tiempo.

Los datos confirman las sensaciones: los delanteros del Oviedo estuvieron especialmente afortunados en las labores de contención. El domingo, los azules recuperaron 45 balones, más que en la cita de Soria (41) aunque menos que dos semanas antes contra el filial del Athletic (60). Aunque el dato relevante es el origen de esos robos.

En la última victoria, los delanteros destacaron en este apartado. Linares recuperó cuatro balones y Koné otros cuatro. Toché solo disfrutó de un par de minutos y no tuvo tiempo de ayudar en esta faceta. Las ocho pelotas rescatadas suponen el 17,7% del total de los robos. Ante el Numancia, los atacantes se hicieron con 3 pelotas, el 7,3% del total; y ante el Bilbao Athletic, siete (el 13,4%).

El sistema de 4-4-2 parecía pedir a gritos que los atacantes iniciaran una presión intensa sobre la salida del rival, algo que solo se llevo a cabo de forma evidente en encuentro ante el Nàstic. Los datos de los últimos tres encuentros, aquellos en los que el Oviedo se ha mostrado más comprometido en defensa, muestran a Linares como el atacante más intenso en esta labor. El aragonés se ha hecho con 10 balones en los últimos tres partidos. Koné ha robado siete en los minutos en los que ha estado en el campo y Toché presenta el bagaje más corto, con una interceptación.

Pero en la victoria del domingo, la de la intensidad defensiva no fue la única novedad mostrada por los de Egea. Además, los azules supieron administrar bien la posesión de la pelota. Fue otro de los aspectos más comentado en los análisis posteriores. Con 2-0 y el Nàstic dispuestos a atacar la meta de Esteban, los pupilos de Egea supieron serenar el choque con posesiones largas, la manera más efectiva de mantener el peligro alejado.

El Oviedo disfrutó del 52% de la posesión ante los catalanes, después de dos choques en los que había tenido menos el esférico que el contrario: 49% ante el Bilbao Athletic y 45% contra el Numancia. También mejoró los más inmediatos precedentes en el número de pases completados, 482, por los 408 completados en Soria y los 464 ante el filial rojiblanco.

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