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Un partido de Primera que se juega en Segunda

Un partido de Primera que se juega en Segunda

El Real Zaragoza, que tiene el objetivo claro del ascenso, como algunos otros, se mantiene en ese tren que da boleto para luchar por conseguirlo.

Esta es la tercera temporada consecutiva en la Liga Adelante, y, acostumbrado a estar en la élite, en Segunda muestra cierta incomodidad en todo lo que rodea al club. Con un extra de presión cada año, con elevados presupuestos que le permiten hacer plantillas que a priori todos incluyen entre las candidatas a subir. Sin embargo, bien por esa presión, o por su juego o por las lesiones no acaban de dar con la tecla, y cada año que pasa sube la presión. (En Oviedo se conoce bien ese cantar que afortunadamente se ha dejado atrás).

Una temporada más el Zaragoza ha hecho un buen equipo, con jugadores contrastados en Segunda y Primera División, y, por mucho que les apremie la clasificación, como profesionales que son tendrán que demostrar su valía en el campo. A buen seguro serán un rival directo para cualquiera que busque el premio del ascenso. Por tanto, ya que el Real Oviedo se ha postulado como candidato, se presiente que pueda haber un gran partido, de esos que hace años se veían en el viejo Tartiere. Y además muy importante para ambos.

Será el segundo partido de su nuevo técnico en el banquillo. En la pasada jornada no se intuyeron muchas novedades, veremos si en esta se dan y cuál es la evolución del equipo conforme pasen las semanas.

No son un conjunto que manifieste una alta intensidad en su juego, ni en el pressing. Repliegan a su campo, juntan líneas y se colocan bien en defensa. Cuando ven posibilidades claras de robo, saltan sobre las líneas rivales intentando asfixiar su salida. Lo hacen puntualmente pero con convicción.

Con los buenos jugadores que tienen son capaces de mantener posesiones de balón largas, pero ante equipos bien dotados técnicamente, como puede ser el caso del Oviedo, también sufren cuando no son dueños del juego.

El paso de los minutos y la aparición del cansancio propicia por un lado que algunos de sus jugadores más talentosos cobren protagonismo apareciendo entre líneas, pero por otro que baje la disciplina defensiva y la velocidad del rival les puede crear muchos problemas a los maños.

En la portería estará Bounou, internacional marroquí.

El centro de la defensa lo ocupan dos jóvenes valores (Vallejo y Cabrera) con una proyección clara de Primera División. En los laterales, pueden optar en la derecha por Marc Bertrán o Isaac, experiencia o juventud, y en la izquierda por Rico, jugador de 22 años con descaro subiendo la banda y que ya el año pasado rindió bien.

El equilibrio del equipo lo lleva Erik Morán, criado en el Athletic de Bilbao, junto con Dorca, con muchos minutos en esta categoría y más llegada al área que su compañero. Junto a ellos se rifan el puesto el canterano Jorge Ortí, que jugó el domingo anterior su primer partido como titular, y Diamanka, un todoterreno que hace muchos kilómetros incorporándose al ataque siempre que puede.

Su mayor peligro lo encontramos en sus bandas, con Hinestroza y Pedro, quizá los jugadores de más calidad, capaces de resolver un partido en dos fogonazos; lo pueden hacer por cualquiera de las dos bandas, incluso por dentro, y como se suele decir, los que son buenos juegan bien donde se les ponga. En punta de ataque, ante la baja por sanción de Ángel, cuentan con Ortuño, que desde hace un par de temporadas se ha destapado como goleador, típico jugador con olfato en el área, algo intermitente pero con garantía de gol.

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