El cambio de reglamentación en la temporada 2010/11 abrió nuevos horizontes para fichar en el mercado de invierno. Hasta esa temporada, los equipos solo podían aspirar a futbolistas de su Liga que hubieran disputado como máximo 5 encuentros. Desde entonces, el mercado es libre. Este nuevo enfoque es el que ha permitido, por ejemplo, al Mallorca rediseñar una plantilla que no daba el rendimiento adecuado y hablar incluso de aspirar al ascenso este mismo año. El mercado invernal de Segunda ha sido en esta ocasión especialmente agitado, con movimientos hasta los últimos minutos. El Oviedo, solo dos fichajes, supone la excepción a la norma general.

El Oviedo ha actuado con cautela desde el principio y solo se ha reforzado como medida excepcional. La dirección deportiva detectó la necesidad de buscar en el mercado un centrocampista de un perfil diferente al existente. Por esa razón inició la búsqueda de un pivote con capacidad para crear, experiencia y llegada al área contraria. Míchel Herrero, pasado fructífero en Primera, fue el hombre elegido para esa misión. Llegó de la Liga china para ocupar un lugar que en principio estaba destinado para el ya retirado Generelo.

Pero antes de la incorporación de Míchel, los azules se vieron obligados a una operación no prevista inicialmente. A Borja Gómez le crujió la rodilla en el partido de Leganés y tuvo que pasar por el quirófano. El club actuó con celeridad en la búsqueda de un sustituto de garantías y Josete, capitán del Cádiz, apareció como la mejor opción.

El Mallorca ha optado por un estilo muy diferente: agresivo y derrochador. En una competición en la que no se mueven cifras por traspasos (la rescisión de contrato suele preceder a la firma de un nuevo acuerdo), el equipo dirigido en los despachos por el suizo Maleta Molango y capitaneado por Fernando Vázquez en los banquillos se ha lanzado de lleno a la compra de talento.

El mejor indicador de su ambición es que ha pagado dos cláusulas de rescisión: la de Lago Junior (el Mirandés se embolsa 240.000 euros) y la de Óscar Pérez (el Numancia gana 250.000 euros con la operación). Pero no han sido los únicos movimientos. El club bermellón se ha hecho además con Ortuño (Zaragoza), Adrián Colunga (sin equipo), Roigé (Sabadell) y Salomao (Sporting de Portugal). Ha desembolsado en total 640.000 euros.

El otro equipo pagador en el mercado es el Nàstic, tan activo como el Mallorca. Los catalanes han pagado 150.000 euros al Anorthosis de Chipre por Aburjania. Y ha sumado los fichajes de Ondoa (Barça B), Madinda (Celta), Juan Muñiz (Sporting) y Aníbal (Cruz Azul).

Por arriba, los equipos han optado por matizar sus plantillas. El líder Alavés ha añadido tres detalles: Iñaki Sáenz (Racing), Abalo (Sivassport) y Bernardello (Newells). La llegada de los tres y la salida de Vadócz le permite a Bordalás de disponer de más alternativas. El Leganés, segundo, apuntilla su plantel con Timor (Valladolid) y Asdrúbal (cedido por Las Palmas).

El Córdoba, tercero en la tabla, también ha actuado con cuidado y solo ha incorporado al centrocampista Silvestre. También protagonizó el culebrón a cuatro bandas del mercado junto a Oviedo, Zaragoza y el lateral José Fernández. Los maños, propietarios del jugador cedido en Oviedo, se opusieron a la rescisión del contrato y Fernández seguirá en Asturias hasta junio.

Osasuna, otro de los aspirantes al ascenso, logró retener a Merino a pesar del interés de Borussia Dortmund e incorporó a Urko Vera (procedente del Jeonbuk surcoreano), Manolín (Huesca) y De las Cuevas (Spezia de Italia).

El único equipo sin fichajes de Segunda es el Lugo, que ha preferido mantener el mismo bloque que inició la campaña. Sí ha perdido sin embargo dos futbolistas: Jon García (Racing) y Caballé (Espanyol).