Todo lo que no sea perder ante el Elche situará a Sergio Egea y sus chicos en un pedacito de la historia del Oviedo. El récord al que aspiran tiene una dificultad máxima. Si ganan o empatan ante el conjunto ilicitano serán 12 los partidos sin perder de forma consecutiva. Solo tres veces se ha dado una cifra así en Segunda y ahora el conjunto de Egea puede igualar e incluso superar su propia marca.
Los azules suman 11 partidos sin conocer la derrota desde que aquel ya lejano 29 de noviembre de 2015 cayera en el Arcángel ante un Córdoba que se situaba líder. Fue entonces cuando el equipo dio un paso adelante. A pesar de enfrentarse al momento más duro del calendario, especialmente en un exigente enero, los azules han competido en todos los escenarios. El premio puede llegar ante el Elche. No perder significaría igualar tres momentos históricos.
La mejor dinámica sin perder de los azules en Segunda División es de 12 choques y se ha dado en tres ocasiones, con la particularidad que dos de ellas tuvieran lugar en la misma temporada. En la campaña 1974-75 las cosas salieron redondas para los azules prácticamente desde el principio. El equipo dirigido por Miera era una máquina arrolladora con un estilete excepcional: Marianín, "el jabalí del Bierzo", eficacia a la hora de anotar.
Los azules encarrilaron pronto la primera racha excepcional. Entre las jornadas 4.ª y la 15.ª los de Miera ganan cinco partidos (4-1 al Rayo, 1-0 al Castellón, 3-1 al Valladolid, 1-0 al Mallorca y 1-0 al Alavés) y empataron siete (1-1 en Sabadell, 0-0 en Tenerife, 1-1 en Huelva, 0-0 ante el Orense, 1-1 en el campo del Barcelona Atlético, 1-1 contra el Sevilla a domicilio y 1-1 frente al Cádiz). Contando los tres puntos por victoria, los de Miera suman 22 puntos sobre 36, con 15 goles a favor y 7 en contra.
Los de Miera pierden en Córdoba (2-0) en la 16.ª jornada, pero es una derrota para coger impulso. Y empieza la segunda racha imparable, mejor aún que la anterior, entre las jornadas 17.ª y 29.ª con siete victorias (4-1 al Racing, 1-0 al Barakaldo, 0-1 al Rayo, 1-2 al Castellón, 3-0 al Sabadell, 1-2 al Mallorca y 3-1 al Recre) y cinco empates (2-2 en Burgos, 1-1 ante la Cultu, 0-0 contra el San Andrés, 0-0 ante el Valladolid y 1-1 frente al Tenerife). En medio de la racha, en la jornada 22.ª, los de Miera recibían al Nàstic, pero el partido fue aplazado y disputado con posterioridad (victoria azul por 2-0) por lo que no se contabiliza en la racha.
Como no podía ser de otra manera, la campaña 1974-75 se cierra con broche de oro. El Oviedo asciende como primero con la autoridad de aquellas dos rachas majestuosas. Los de Vicente Miera solo pierden cuatro partidos y Marianín firma 20 goles, siendo el segundo máximo goleador de la categoría.
En la historia carbayona se encuentra otra ocasión en la que el equipo se mantuvo en Segunda División 12 partidos invicto. Fue en el curso 1957-58, con el argentino Abel Picabea en el banquillo carbayón.
La racha se alargó entre las jornadas 15.ª y 26.ª, con siete victorias (5-1 al Depor, 6-1 al Rayo, 1-0 al Condal catalán, 3-0 al Gerona, 2-0 a la Cultural, 1-4 al Ferrol y 1-0 al Racing) y cinco empates (1-1 en Sestao, 0-0 en Mieres ante el Caudal, 2-2 en Vitoria frente al Alavés, 2-2 en Éibar y 0-0 ante el Baskonia). El equipo, arrollador en ataque, hace 27 goles (8 de ellos de Artabe) y recibe solo ocho. Aquel Oviedo también logra el ascenso a Primera proclamándose campeón de Segunda División.
El equipo de Egea aspira a hora a igualar a los recuerdos más espléndidos del oviedismo en Segunda. Toché cumple ahora el rol de Artabe o Marianín en su momento y encabeza la lista de goleadores con 8 dianas en la racha. Después, a largo plazo, también querrá emular su final de campaña: el ascenso a Primera División es el sueño de esta temporada.
