El pasado 16 de diciembre, el Oviedo despedía a Generelo con honores de futbolista importante. Su paso por el club había estado marcado por las lesiones pero su actuación en Cádiz, el día clave, le había elevado a los altares del aficionado. En el vídeo de despedida elaborado por el club con mensajes de sus compañeros hubo un par con un significado especial. "Hasta siempre, míster", le decían subrayando el que podría ser su próximo destino. Ayer, el Oviedo confirmó que el primer día post-Egea empieza esta mañana en El Requexón con David Generelo a los mandos. El club mantiene que se trata de una solución provisional hasta que se cierra la llegada de un técnico contrastado, pero nadie rechaza de pleno que Generelo pueda sentarse en el banquillo ante el Alcorcón.

En realidad, el aterrizaje de Generelo guarda cierto paralelismo con el de Roberto Robles hace dos temporadas. Tras la salida de Granero, Del Olmo se puso manos a la obra en la llegada de un entrenador de prestigio: su viejo amigo Leo Beenhakker. Mientras trataba de convencer al holandés, situó al joven Robles al mando de las operaciones. Su inicio fue prometedor y tras dos partidos Del Olmo le confirmó hasta el final de temporada. Como en aquella ocasión, el asesor de Carso también ha decidido cubrirse las espaldas mientras mueve sus fichas. Generelo tomará las riendas en una sesión a puerta cerrada en busca de tranquilidad.

La forma de proceder es similar al de otras ocasiones. Del Pozo y Del Olmo son los encargados de elaborar una lista de candidatos que encajarían en la dinámica del club. "La decisión de Sergio nos ha cogido por sorpresa. Aún no sabemos quién será el próximo técnico", indicó Joaquín del Olmo en la despedida de Egea.

Del Olmo cifró en tres el número de técnicos barajados. Esa lista se hará llegar a Arturo Elías, el encargado en última instancia de decidir. Ya sucedió algo similar cuando llegó Egea, previo intento baldío con el Profe Cruz. La reglamentación concede al club dos jornadas de Liga hasta que defina quién se hace cargo del equipo. "Estoy negociando diversas opciones, hoy -por ayer- saldré seguramente de viaje y no sé si el nuevo técnico estará contra el Alcorcón o no. No quiero precipitarme", reflexionó Del Olmo. "Nos han mandado más de 50 currículos de técnicos que quieren dirigir al Oviedo", incidió.

La situación es realmente golosa para cualquiera que quiera hacerse cargo del equipo carbayón. Con 13 jornadas para terminar la temporada, los azules son terceros. El ascenso directo se sitúa a tan solo dos puntos y la sensación general es que el equipo más regular puede llevarse el premio ante la incapacidad general para sumar puntos con constancia. Los entrenadores saben que la del Oviedo es una plaza sugerente. Influye además el respaldo del Grupo Carso y la promesa de un proyecto ambicioso. Asumir el reto del Oviedo en lo que queda de temporada puede tener premio la campaña que viene: en caso de ascenso, desde México ya se ha anunciado que el equipo será ambicioso.

Pero el nivel de exigencia para el que asuma el mando también es elevado: solo se ansía el ascenso. Elías lo dejó claro y Joaquín del Olmo lo respalda. "El objetivo está claro: siempre ha sido el ascenso. Lo que pasa que cuando lo dice el "patrón" (en referencia al yerno de Slim) tiene más repercusión", indica el asesor.

Del Olmo aprovechó su comparecencia pública para hacer llegar a los aficionados un mensaje directo: "Pido unidad a la gente. Lo primero es el club, el Real Oviedo. Yo asumo mi responsabilidad, el riesgo y la exigencia. Si logramos el ascenso diremos que ésta es la mejor decisión. siempre es así. Soy el responsable y no tengo ningún temor. Hay que apoyar a los jugadores, que son los únicos que nos pueden hacer alcanzar el éxito".