Si hay algo en lo que coinciden los técnicos, aficionados y exjugadores consultados por LA NUEVA ESPAÑA es en que la salida de Sergio Egea ha sido "extraña". Un hecho que nadie esperaba y que deja algunas dudas con respecto a lo que sucederá de ahora en adelante.
Para Adolfo Pulgar, entrenador del Tuilla y exjugador del Oviedo, que mantenía una buena relación personal con Egea, la dimisión del argentino ha sido "una sorpresa terrible". Al de Olloniego no le convence la versión de que los jugadores estaban de acuerdo en que la salida de Egea era necesaria: "No me creo que todos los jugadores estuvieran contra él". Y es que le parece "absurdo, surrealista" que sean los jugadores los que hayan forzado la salida del entrenador.
Una situación que, en opinión de Pulgar, deja "una patata caliente muy grande" al siguiente inquilino del banquillo y que también compromete a la plantilla: "Los jugadores se metieron en un buen lío". Y es que, explica el técnico del Tuilla, "el público quiere y aprecia a Egea". Un entrenador que "ha dado la tranquilidad que necesitaba al club".
Otro al que les cueste creer lo que ha pasado es Nikola Jerkan. El exjugador del Oviedo considera a Egea "un señor en todos los sentidos". El croata piensa que una de las cosas que pueden explicar lo sucedido es lo que Egea dijo a los jugadores en el entrenamiento del lunes: "Si lo dijera de vez en cuando no pasa nada, pero si era la primera vez que lo dice... No le pega y quizá le afectó haberle dicho esas cosas a sus jugadores".
En cuanto a si un entrenador puede ser sentenciado por su plantilla, Jerkan asegura que puede suceder: "Hay entrenadores que merecen que el vestuario vaya contra ellos. Este no es el caso", sentencia el que fuera iternacional con Croacia. Otra de las cosas en que coinciden varias de las personas consultadas es en que es necesario que el nuevo entrenador venga lo antes posible. "Es importante encontrar entrenador rápido. La situación deportiva es buena y hay que aprovechar el momento", dice un Jerkan que considera que Egea "no se merecía irse del Oviedo" y que lo hace "con la cabeza muy alta".
A Javi Rozada, entrenador del Lealtad y oviedista, también le ha resultado extraño lo sucedido. Si bien, considera que "los entrenadores están en manos de los jugadores". "Sé que en el Oviedo hay buen vestuario", dice Rozada, al que extraña que "un equipo que va tercero haya puesto al entrenador entre la espada y la pared". Lo que quiere decir que "en el día a día no había una buena conexión". Y para el técnico ovetense se va "el entrenador que hizo campeón de Segunda B al Oviedo. Otros también tuvieron buenas plantillas y no lo consiguieron", añade Rozada.
Para Vicente González-Villamil, exjugador, exentrenador y presidente de la Asociación de Veteranos del Real Oviedo, se va un entrenador que "nos ha sacado del pozo y nos tenía terceros". "Me sorprendió la discusión con los jugadores, esas cosas se hablan en la caseta, pero no me constaba que fuera a acabar así", añade un Vicente que tenía también una buena relación personal con Egea. Por su experiencia reconoce que estas cosas pueden suceder: "En mi época no pasó pero pudo haber pasado. Hubo un momento en el que la plantilla pudo ponerse en contra del entrenador. Es posible que una plantilla eche a un entrenador". Para Vicente también es importante "que venga otro entrenador lo antes posible". Un entrenador al que ahora se le va a exigir el ascenso: "Está bien que Arturo Elías diga que hay que ascender pero los aficionados no debemos trasladar tanta presión en el campo".
Otro exjugador y exentrenador azul al que ha extrañado esta situación es Antonio Rivas. El madrileño considera que " es difícil de asimilar que en una situación deportiva tan buena suceda esto". "Es sorprendente", añade. En su experiencia es algo desconocido: "Nunca había vivido que una plantilla fuerce la dimisión de un entrenador". Lo que tiene claro Rivas es que la evolución de esto va a depender de los resultados: "Si la respuesta es que vienen victorias todo irá bien, si no, puede haber algún tipo de problemas y de malestar entre la afición".
Una afición que también está a la expectativa. Nacho Suárez, representante del grupo Symmachiarii, lamenta lo sucedido: "Por desgracia los jugadores ponen y quitan entrenadores". Para él Egea era "el entrenador ideal para un equipo con muchas figuras". Un entrenador "con los pies en el suelo". Una situación "extraña" que aumenta la exigencia. "La exigencia ahora es subir sí o sí. Si los jugadores dicen que el entrenador que les tenía terceros no es el adecuado, la exigencia ahora es que queden más arriba. Es decir, el ascenso".
