Para Luis Álvarez Fernández, su faro en asuntos oviedistas es Javier de la Campa, su nieto. "Después de cada partido, le mando un mensaje con el resumen", dice el joven. El abuelo prefiere no ver el partido. Ni escucharlo. "Es que me pongo muy nervioso", se justifica. Ayer, Luis Álvarez, el socio número 3 del Real Oviedo, recibió la insignia de platino por sus 75 años de fidelidad a la entidad. El gesto con los más veteranos celebrado ayer en el restaurante De Labra es uno de los puntos fuertes de las celebraciones del 90.º aniversario de la entidad.

El Oviedo homenajeó a los socios con 75 años en el club -Guillermo Brey Ruiz, Juan Serrano González-Solares, Luis Álvarez Fernández, Florentino Fernández Cabrero, Alfonso Luis Pérez, Margarita Suárez-Pazos Vereterra y José Luis García Falcó- y a los que cumplen 50 -Francisco José Fuente Álvarez, Raquel Pérez Suárez, Ignacio Blanco Rodríguez, Jopsé González Rodríguez, Sarita Vázquez Mongil, Onofre Somoano Blanco, Luis Vázquez Pascual, Fernando Martínez Ceyanes, Nicolás González Menéndez, Guillermo González Carriles, Miguel Cabezudo Hernández, José María Sánchez Rodríguez, Marcelino Cotarelo Amor, Luis González Fernández y Luis García Pérez- con la entrega de las insignias y una comida con el presidente Jorge Menéndez Vallina y los consejeros Fernando Corral y Manuel Paredes, además del gerente David Alonso y del comisario del museo Juan Mesa.

El acto estuvo presidido por los recuerdos, los que acumulan los socios que han visto el eterno vaivén de sensaciones que rodea al Oviedo. "El mejor futbolista que he visto con la camiseta azul fue Herrerita, sin ninguna duda", responde Luis Álvarez a una pregunta obligada; "Era genial. Tenía muchas facultades: corría, tenía gol, era fuerte, remataba de cabeza? Era completísimo. Recuerdo que le daban leñazos por todos lados y no se quejaba. Ahora ya no se juega así?.". Idéntica pregunta se traslada a Juan Serrano González-Solares, padre de los exfutbolistas azules Jaime y Pedro Serrano y abuelo del futbolista del Vetusta Jaime Serrano. Es el socio número 5 y tampoco duda al contestar: "Eduardo Herrera (Herrerita) fue el mejor". Y lo describe con una frase para los que nunca lo han visto en un terreno de juego: "Era el Di Stefano del Oviedo".

Menéndez Vallina fue el encargado de presidir la comida. "Es un acto precioso y entrañable. Hay gente con 75 años de socio, la mayoría de abonados actuales no habían nacido cuando estas personas ya vivían el oviedismo. Verles esta cara de felicidad es una alegría", explica el presidente.

Las charlas entre los presentes viajan en el tiempo a una velocidad endiablada: desde las delanteras eléctricas a la salida de Egea. En las conversaciones se mezclan momentos históricos con lo sucedido en los últimos días. En líneas generales, los presentes mantienen la esperanza de que la temporada acabe en éxito. "Sí, se puede subir. Dejé de ir al campo tras el último descenso de Primera, del cabreo que llevaba, pero me informo de lo que pasa y, por supuesto, renuevo el carnet", comenta Juan Serrano. "En las últimas semanas ha bajado un poco el rendimiento, Pero hay esperanza", incide Luis Álvarez. Ellos sí creen.