La Asociación de Veteranos del Real Oviedo (AVRO) celebró ayer en el restaurante De Labra su fiesta anual. Como sucede todos los años, los veteranos premiaron a algunos de sus integrantes con la imposición de las insignias de oro por su pasado como futbolistas en el club azul, en un acto que contó con unos 160 asistentes.

En esta ocasión fueron cinco los que obtuvieron el reconocimiento. Los afortunados fueron Matito (Barro-Noya, La Coruña, 1937) que jugó en el Oviedo en la temporada 63-64 después de hacerlo en el Betis, Atlético de Madrid o Compostela; Chema (Oviedo, 1942), futbolista azul en la campaña 65-66; Tono (Madrid, 1941) que jugó entre 1965 y 1967, José Luis Herrera (Oviedo, 1941), uno de los hijos de Herrerita que jugó en la primera plantilla en la 65-66; y Manolet (Alicante, 1936), futbolista del Oviedo entre 1964 y 1968. Vicente González Villamil fue el encargado de entregar las insignias.

Por parte del Oviedo estuvo César Martín, responsable de relaciones institucionales, que entregó a los homenajeados una camiseta del club personalizada.